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Porque tú, Dios mío, revelaste al oído de tu siervo que le has de edificar casa; por eso ha hallado tu siervo motivo para orar delante de ti. 1 Crónicas 17:25 Al diablo no le importa si chocas hacia la derecha (Se espera que ores más)o a la izquierda (No has sido lo suficientemente bueno como para poder orar). Sólo te quiere fuera del camino. Quiere que abordes tus tiempos de oración como el hijo pródigo: sintiéndote culpable por no venir antes o con más frecuencia y/o sintiéndote demasiado indigno de siquiera acercarte. Al enemigo de tu vida le encantaría que comenzaras tu oración a tu Padre celestial con un discurso ensayado, declarando cuán malo, inapropiado e indigno eres. Dios no aceptará nada de eso. Simplemente está encantado de pasar tiempo contigo una y otra vez. Cuando la llave de un reino es más notable para nosotros por lo que pesa en nuestro llavero en lugar de por el sorprendente número de puertas que abre, algo hemos perdido en nuestra forma de pensar al respecto. Cuando es más carga que bendición, lo hemos considerado en forma incorrecta. Lo que Dios tiene en mente para nosotros siempre es causa de una celebración mayor, no de una condenación mayor. Los principios y las herramientas con los que Dios quiere que nos familiaricemos cada vez más en nuestro diario caminar con Él son para eso mismo, así que queremos continuar considerándolos a la luz de por qué nos provocan regocijo, no cómo aparentemente apuntan a nuestros fracasos y a nuestra falta de mérito. El diablo quiere que comiences tus tiempos de oración como el hijo pródigo: sintiéndote culpable por no hacerlo más pronto y con más frecuencia y/o sintiéndote demasiado indigno para siquiera intentar acercarte a Dios. Hoy, entendiendo esto es que quiero acercarme a orar con confianza a pesar de lo que diga y haga en enemigo a mi vida. Señor, Gracias por darme el recurso de la oración. Es hermoso saber que me llenas y me cubres con el manto de tu amor y me das el recurso de la oración para disfrutar diariamente. Amén.
FINA CORTESìA DE NUESTRA HERMANA ANDREA
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