En la Cruz Dios demostró su amor y perdón. Por esa razón, no debemos menospreciar el sacrificio que hizo Cristo por nosotros. El precio que pagó fue muy alto y debemos cada día vivir para Él y servirle como sólo Él se lo merece, porque somos su posesión más preciada.
¡Fue en la Cruz dónde Cristo nuestros pecados perdonó!
Pese a ser un método cruel y bárbaro para morir, a Cristo no le importó sufrir nuestro castigo con tal de perdonar los pecados y poder compartir la eternidad con cada uno de nosotros.
Gracias a la hermana Andrea por el fondo
Andrea |