Principios paulinos para afrontar la tentación
Velad y orad para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.
Mateo 26:41
Martín Lutero dijo: «No podemos evitar que los pájaros vuelen sobre nuestra cabeza, pero sí que hagan nido en ella». La tentación es inevitable; sin embargo, la manera en que se afronta es un asunto de elección. Para que la tentación no nos lleve al pecado, debemos hacer nuestras algunas recomendaciones del apóstol Pablo:
- «Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen» (1 Cor. 6:12). Pregúntate: «Si decido hacer esto o aquello, ¿cuán saludable será para mi vida espiritual, mental y física?» No debe fomentarse lo que no nos ayude a progresar en la vida cristiana.
- «Todas las cosas me son lícitas, mas yo no me dejaré dominar de ninguna» (1 Cor. 6: 12). Pregúntate: «¿Formará esto un hábito que posteriormente me llevará a hacer lo que no quiero y finalmente estaré bajo su dominio? ¿Me llevará esta práctica a convertirme en esclavo de un vicio?»
- «No comeré carne jamás para no poner tropiezo a mi hermano» (1 Cor. 8: 13). Pregúntate: «¿Será mi acción un motivo para perder mi influencia sobre los demás? ¿Dejaré de ser respetado?» Como cristianos, estamos en este mundo para aportar algo importante. Somos las señales puestas por Dios para indicar al extraviado cómo encontrar el camino verdadero que conduce a la felicidad y a la vida eterna. Somos la prueba que Dios muestra al mundo para enseñar a los pecadores el poder que hay en el evangelio para cambiar la maldad en el corazón humano.
- «Hacedlo todo para la gloria de Dios» (1 Cor. 10: 31). Pregúntate: «Si decido hacer esto, ¿daré honor a Dios? ¿Exaltaré su nombre?» Todo pecado desprestigia a Dios, deshonra su nombre y lleva a los incrédulos a hablar mal de nuestro Padre celestial.
Hacerte estas preguntas te llevará a conocer si lo que haces es correcto o no, si debes tomar o no una decisión, si debes aceptar o no un ofrecimiento, si debes asistir o no a una invitación o permitir ciertas compañías. Sabrás si tu manera de conducirte te afectará a ti, a otros y, en último término, al reino de Dios. Toma hoy la decisión de practicar los consejos del apóstol Pablo. Te ayudarán a elegir bien, a adoptar las mejores decisiones y a ganar muchas victorias con la ayuda de Dios.
¡¡ El Señor te seguirá bendiciendo !!
Gracias a la hermana Silvia por el fondo
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