Mateo 27: 15-30.
El justo Jesús se entrega sin decir palabra. Jesús es la imagen del indefenso, del maltratado. Del que pudiendo acudir a su poder y gloria prefiere aguantar para que quede en evidencia su amor hasta el fin y también lo negro que puede ser el corazón del ser humano. Sin decirnos palabras nos está predicando tal vez el más profundo de los mensajes. El es el desnudado, pero finalmente quién termina desnudándonos a nosotros. Viéndonos hasta las profundidades del alma.
¿Qué haré de Jesús, llamado el Cristo? ¿A Barrabás o a Cristo? La pregunta de Pilato nos confronta con nuestra responsabilidad frente al llamado de Dios. Pilato el gobernador quiere que el pueblo diga qué quiere con respecto a Jesús. Hoy la sociedad nos pregunta lo mismo: ¿qué están haciendo con el Cristo?
Cuando camino por las calles muchas veces veo a Barrabás suelto por allí. Y Barrabás anda suelto por las calles de la ciudad porque nosotros pedimos su libertad. El cambio por una vida de santidad no se produce porque como el pueblo de Jerusalén, lo aceptamos en domingo y lo negamos durante la semana, lo aceptamos en el templo pero lo negamos en el trabajo, los negocios y el hogar. La experiencia del encuentro con Jesús deja intactas nuestras viejas escalas de valores. No son el prójimo, el amor, la justicia, el perdón, los valores que ocupan el primer lugar. Solamente queremos un Dios que nos proteja, le podamos pedir lo material de la vida, la salud y gracias. Pero nos olvidamos del Jesús que nos pide la segunda milla, la otra mejilla, que no nos preocupemos por el día de mañana, que dejemos todo por seguirlo a Él, que en lugar de no hacer nada malo hagamos mucho bueno, el que nos pide que seamos de buenas noticias, que contemos a otros su salvación,… ¿Qué harás de Jesús llamados el Cristo?
Jesús nos sigue amando, a pesar de nuestras muchas traiciones. No desperdiciar esta pregunta y este llamado que recibimos por boca de Pilato. Vamos a recordar las traiciones, la entrega y la muerte, en esta Pascua, pero por sobre todo, recordaremos la victoria sobre todo eso en la resurrección. La vida triunfa por sobre todo y se te ofrece a ti. Acepta el llamado de Dios en Jesús y deja que el transforme tu vida. Que todas nuestras respuestas puedan ser: haré de Jesús mi único Señor y Salvador.
Gracias a la hermana Silvia por el fondo
PEDRO PABLO DE CHILE
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