Oficio
"Así ellos no tendrán que entrar en ningún momento y ver las cosas sagradas, y tampoco morirán." Números 4:20 "
El pueblo de Israel estaba caminando por el desierto, de Egipto a la tierra prometida, y en el trayecto, Dios estableció ciertas normas que debían cumplir.
Asignó también determinadas tareas a determinadas personas. Había en ese momento más de 650 mil hombres mayores de 25 años, y a la familia de Coat, que eran unos dos mil quinientos, le tocó la tarea de llevar los elementos del tabernáculo.
Alguien tenía que hacerlo, y les tocó a ellos. Además de sus pertenencias, de su ropa, de sus animales, de sus carpas, de sus bienes personales, ellos tenían que llevar el arca, las copas, las cucharas y los demás utensilios del tabernáculo.
Y lo más peligroso de todo era que no podían ver ni tocar lo que llevaban, porque si lo hacían morían. Esa era la norma que Dios había puesto. Era un trabajo pesado y peligroso.
Pero en ningún lugar se menciona que ellos se quejaron. Aunque a los demás levitas les dieron carretas para llevar las tablas y las cortinas del tabernáculo y ellos debían llevar su equipaje caminando, nunca se escuchó de los hijos de Coat una queja.
Fue así, porque aunque el trabajo era pesado y peligroso, ellos entendían que era un privilegio hacer lo que Dios pedía. Fueron elegidos de entre medio millón para hacer una tarea y se sentían orgullosos de su responsabilidad.
Y esto nos enfrenta a la nuestra. Dios no nos pide nada pesado o peligroso hoy a nosotros. Solo nos pide santidad en la vida, y conciencia de cristiano. Y muchas veces pensamos que está pidiendo demasiado. Que no es fácil ir contra la corriente, que todos son distintos y es más divertido vivir como los demás viven.
Si estás pensando así, si te pesa ir a la iglesia, si te molesta mantener una vida santa como Dios exige, si prefieres mantener una vida mediocre y sin fruto, es porque no entendiste quién es el que te pide las cosas. Fuimos elegidos por Dios para ser hijos del Rey. Y es necesario que vivamos con la dignidad que el nombramiento tiene.
Tenemos un oficio. Somos hijos de Dios.
Cumplir sin quejarse, es el orgullo de ser.
GRACIAS A LA HERMANA SILVIA POR EL FONDO
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