Gloria

"“Mientras El aún hablaba, una nube de luz los cubrió y he aquí una voz desde la nube que decía: “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia, a El oíd”. Entonces Jesús se acercó y los tocó, y dijo: “levantaos y no temáis”, y alzando ellos los ojos no vieron a nadie, sino a Jesús solo. Mateo 17:5-"

Jesús estaba en medio de una gira pasando por Cesarea de Filipos y en el camino, pasan por el Monte Hermón donde el Señor se transfiguró, ésta es una experiencia inesperada para los discípulos que marcará sus vidas. El rostro de Jesús resplandeció como el sol, sus vestidos se hicieron blancos como la luz y aparecieron Moisés y Elías hablando con Jesús. Entonces Pedro extasiado por la experiencia quiere, que la experiencia continúe. Pedro no entendía que Jesús los había llevado con otro propósito, ellos iban a contemplar la Gloria de Dios y la afirmación del Padre de quien era Su Hijo.

Es interesante que la nube trae sombras, pero esta es una nube diferente, es una nube de luz que los rodea y los envuelve. En medio de las muchas voces que se escuchan en este mundo, Dios llama la atención a quien tenemos que escuchar. La presencia del Padre Dios, respalda la figura y el mensaje del Hijo y los que son testigos deben recibir el desafío, para transmitirlo. Lo humano es lo que Pedro sugiere, quedémonos aquí, hagamos las enramadas...

Las experiencias espirituales son hermosas y queremos seguir disfrutándolas olvidándonos de todo, estamos muy bien entre nosotros, sin embargo el propósito de Dios fue enviar a su Hijo al mundo, para buscar y salvar lo que se había perdido. Pedro no nos podemos quedar aquí, hermano, los momentos de comunión alabanza y adoración son preciosas y debemos tenerlos, pero debemos bajar del monte, para cumplir el propósito para el que fuimos salvos. Cuando estamos absortos en la experiencia, viene Jesús y dice “levantaos”. ¡Vamos hay que bajar del monte!, ¡los que no conocen a Jesús, están esperando!. Nosotros los que somos testigos de lo que Jesús ha hecho, necesitamos dar testimonio de nuestro Salvador. El mensaje de Dios al mundo es : “A El oíd”.

Sí, el mundo necesita escuchar a Jesús.

¡Señor ayúdame para hablar de Jesús a los hombres!

GRACIAS  LA HERMANA SILVIA POR EL FONDO

PEDRO PABLO