ORANDO
“El temblando y temeroso dijo: Señor que quieres que yo haga, y el Señor le dijo: levántate y entra en la ciudad y se te dirá lo que debes hacer” Hechos 9:6 "
Normalmente las crisis de nuestra vida, preceden a decisiones importantes que nos afectarán en algún sentido. Cuando el todavía Saulo, se dio cuenta de su realidad, que aunque tenía todas las cartas de recomendación en ese momento no le servían para nada, porque pertenecían a autoridades humanas. Ahora él se estaba enfrentando a la Autoridad mayor, la Autoridad de Dios.
Tras el impacto de la Presencia de Jesús, Saulo rinde su valor y su servicio en forma incondicional ante quién, ahora reconoce como suprema Autoridad y quien tiene el control de todas las cosas. Como humano su reacción fue “hacer algo”...”que quieres que haga”. Muchas veces el impulso de la necesidad nos hace equivocar y nos olvidamos que la lucha es de alguien superior, de Dios y no de nosotros, por eso es que queriendo hacer mucho, hacemos poco. Porque cuando hacemos, debemos consultar a Dios para saber que debemos hacer, y luego hacerlo.
Dios nos llama a trabajar por la fe en El. Cuando él cayó en tierra otras personas tuvieron que llevarlo a la ciudad de Damasco, él que tenía los poderes humanos se dejaba llevar por fe, “Dios le había dicho: Se te dirá lo que debes hacer”. Saulo no es lo que tú quieres hacer, es lo que Dios te dirá que debas hacer. Saulo tuvo que estar tres días sin ver, sin comer ni beber, y se nos dice que cuando estaba orando llegó la respuesta de Dios.
¡Cuántas guerras físicas y problemas humanos nos ahorraríamos si nos ponemos a orar!. Cuando nos ponemos a orar parece que todo es imposible, pero comenzamos a orar y las cosas ya nos parecen un poco menos difíciles, seguimos orando y cuando menos lo pensamos, la sorpresa llega, Dios ya lo hizo. Dios quiere bendecirnos pero no puede, pues nuestro orgullo nos impide ver que la obra, no es nuestra sino de Dios. Luchar sin Dios es luchar sin “seguro de victoria”. Oremos todo el día sabiendo que tenemos la seguridad de la victoria por el Espíritu de Dios, que nos da el poder para triunfar.
¡Señor ayúdame a tener este espíritu de oración durante todos mis días!.
GRACIAS A LA HNA. SILVIA POR EL FONDO
PEDRO PABLO
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