SE REQUIERE JUSTICIA
¿Quién puede subir al monte del Señor? ¿Quién puede estar en su lugar santo? Solo el de manos limpias y corazón puro, el que no adora ídolos vanos ni jura por dioses falsos (Salmo 24: 3, 4).
El primer fundamento sobre el que se basa el evangelio es lo que la Biblia dice y la experiencia humana confirma: somos inherentemente malos. Para enfatizar esto, la Biblia no solo nos dice lo que somos, sino que compara al hombre caído con seres irracionales. Este cuadro de corrupción moral es algo que a los seres humanos se nos dificulta aceptar. Lo peor es que a veces somos capaces de apoyar a los que cometen esos actos, sobre todo si son personas importante dentro de la sociedad, sin tomar en cuenta el daño que han causado a otros. En vez de hablarles del arrepentimiento y la conversion y se vuelvan a Dios. Si nuestras convicciones cristianas son tan livianas , estamos muy lejos de hacer la voluntad de Dios. E so que para Dios son como trapos de inmundicia, algo que abomina, algo que aborrece. Para Dios la inmoralidad en todos los sentidos es algo que no soporta y es pecado, El pecado oscurece nuestra comprensión propia. Negar nuestra condición neutraliza el poder del evangelio en la vida humana, ya que el evangelio son las buenas nuevas de salvación del mal; y si no somos malos, entonces no hay buenas nuevas y no hay salvación.
El segundo fundamento sobre el que se basa el evangelio es que el ser humano necesita justicia. Este es un corolario del primero. Si somos pecadores, entonces no somos justos; si no somos justos, necesitamos justicia. Esto, a su vez, nos lleva a hacernos la pregunta: ¿Por qué necesitamos justicia? Para responder esta pregunta necesitamos pensar un poco.
La salvación que Dios nos ofrece en su evangelio es el regreso a nuestra condición original. Cuando Adán y Eva fueron creados, Dios los hizo perfectos y rectos. La Biblia dice que fueron creados a imagen de Dios (Gén. 1: 26). El Señor es recto y perfecto. Cuando creó el universo, lo hizo todo en armonía con lo que él es. Por eso nuestros primeros padres fueron hechos así. El universo era armónico porque todo era como Dios es. Cuando el pecado entró, se introdujo la desarmonía, que es rebelión contra Dios. Es el propósito del Creador terminar con esta desarmonía y traer todas las cosas a la norma que él mismo es. En esencia, la salvación significa conducir al ser humano a la armonía con su Creador. Implica que el ser humano, una vez salvado, debe ser como el Creador, es decir, ser recreado a la imagen de su Hacedor. Puesto que Dios es justo, la Biblia dice que para estar en su presencia debemos ser justos. Por eso es que necesitamos justicia.
La Justicia Perfecta de Cristo
Dios ha proveído una justicia divina para los pecadores que creen en lo que Dios ha revelado en su Palabra.
El pecador creyente esta firme ante Dios, no en su propia estimación la cual en realidad no es justicia, pero en la justicia de Jesucristo.
Jesús es absolutamente santo y sin pecado porque él es Dios. Él es inherentemente justo. Jesús siempre hizo lo que era agradable para el Padre (Juan 8:29b; 4:34; 5:30; 6:38). Nunca nadie pudo aprobarle culpable de injusticia (Juan 8:46a). Él es la única excepción en la historia; él era absolutamente sin pecado (Mateo 17:5; Juan 12:28; 1Pedro 2:22-23)
Por otra parte, Jesús es perfectamente justo por su obediencia a la ley de Dios. Él “cumple con toda justicia” (Mateo 3:14-15).
Que Dios te bendiga
SI HAY FE HAY AMOR
SI HAY AMOR HAY PAZ
SI HAY PAZ ESTA DIOS
Y SI ESTA DIOS NO FALTA NADA
PEDRO PABLO DE CHLE
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