Desánimo
"No dejen ustedes de orar, rueguen y pidan a Dios siempre, guiados por el Espíritu. Manténganse alerta, sin desanimarse y oren por todo el pueblo de Dios." Efesios 6:18 "
Pablo se estaba despidiendo de una iglesia amiga, y les hace un pedido muy especial. Les ruega que no dejen de orar. Es un pedido habitual en Pablo. El sabía que la oración era y es el arma más poderosa para sostener al pueblo de Dios.
Pablo sabía que era mucho más que un simple rito religioso, que hablar en voz baja cuando parece que nadie escucha. Visto de afuera, parece algo loco. Estamos hablando con nadie, a solas. Para los escépticos, es solo una pérdida de tiempo.
Pero para aquellos que conocemos a Dios y sabemos de esta realidad diaria, la oración es como el aire. Sabemos que no hablamos a las paredes. Sabemos que cada palabra que elevamos al Cielo es escuchada. Sabemos que Dios tiene siempre el oído atento a nuestras suplicas y que no hay día que este demasiado ocupado para escucharnos.
Pablo sabía esto, pero también sabía que a veces la respuesta no llegaba. Por más que se pida con fe, y con insistencia, aunque el pedido sea justificado y lógico, a veces Dios no responde cuando le pedimos. Pareciera que Dios esta callado, que no responde y eso nos inquieta. Pasaba en los días de Pablo y pasa también ahora.
Tenemos relojes distintos, y queremos que Dios se adapte a nuestra necesidad. Pero Pablo estaba un paso más adelantado. El sabía que Dios tiene sus motivos y que a veces tarda en responder. No porque sea malo, no porque sea caprichoso, no porque busque nuestro mal, sino simplemente porque ve nuestra realidad desde otra óptica.
Pero esto a nosotros nos causa inquietud, y la inquietud desanima. Nos desalienta y nos saca las ganas de seguir orando, porque pensamos que no tiene sentido seguir pidiendo. Como parece que nadie nos escucha, es gastar saliva.
Pablo sabia de este sentimiento, que es un argumento del diablo, y por eso alienta a los efesios a que no se desanimen. A que no dejen de orar, a que no bajen los brazos. Dios sigue escuchando, Dios sigue obrando, Dios sigue teniendo el control. A pesar de la gravedad de tu problema, a pesar de lo denso de tu angustia, a pesar de lo profundo de tu soledad, Dios sigue actuando. No dejes que la realidad te haga perder la visión. No dejes que el árbol te impida ver el bosque.
Aún en el Silencio, Dios sigue actuando.
Gracias a la hermana Silvia por el fondo
PEDRO PABLO
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