Ilumina
""En cambio el que practica la verdad se acerca a la luz, para que se vea claramente que ha hecho sus obras en obediencia a Dios." Juan 3:21 "
El ser humano tiene la costumbre de esconderse cada vez que hace algo que esta mal. Rompemos un jarrón en casa y ponemos cara de “acá no pasa nada";, y nos vamos a dar una vuelta para evitar el reto. Algo sale mal en el trabajo y siempre la culpa es del otro.
Esto mismo le paso a Adán en el huerto del Edén. Habían estado caminando con Dios, hablando cara a cara desde su nacimiento. Era la comunión más perfecta del universo. Era lo que Dios había planeado.
Pero un día Eva decide comer del fruto prohibido y le da también a Adán. Y se dan cuenta que algo había cambiado. Ya no eran los mismos. Habían cometido una falta terrible, habían defraudado a Dios. Y se esconden.
Tuvieron miedo de acercarse al Perfecto Santo. Sabían que estaban en falta y lo que hicieron fue esconderse. Esa misma conducta de nuestros primeros padres la seguimos repitiendo a diario.
Cada vez que cometemos un pecado, nos alejamos de Dios. Ninguno de nosotros lee la Biblia después de haber pecado, ninguno adora a Dios después de haber mentido. Y es obvio, se nos cae la cara de vergüenza.
Nos sentimos igual que Adán, que al fallarle a Dios, no tiene mejor idea que esconderse de Su Mirada. Sin darse cuenta, que no podemos escondernos de Dios. El esta en todos lados, incluso en nuestra mente, y sabe que hacemos y donde estamos a cada momento.
Por eso Juan nos recuerda esta verdad eterna. Solo aquel que no tiene nada que ocultar, tiene la conciencia limpia para acercarse a la luz. Solo aquel que esta verdaderamente limpio se atreve a exponerse a un examen de calidad.
Y esto debería ser la constante en la vida tuya y mía. Una practica permanente de la verdad. Una vida conducida por los parámetros de Dios, donde el pecado sea solo la excepción a la regla. Donde las faltas sean solo un accidente ocasional.
Si te vives escondiendo de Dios, si no quieres mirarlo, si estas lejos de El, si no tienes ganas de leer la Biblia o de orar, si te cuesta ir a la iglesia porque son todos unos falsos, si tu mente esta en cualquiera, aunque tu cuerpo vaya al culto, Juan te dice una vez mas: alejate del pecado. Confiesa tus faltas, el rencor, el enojo, la hipocresía, la falta de interés, la doble vida, las malas palabras, el olvido, y vuelve a la Luz.
No pierdas mas el tiempo, no dejes pasar otra hora sin arrepentirte. La vida cerca de Dios es lo más maravilloso que hay en la tierra. Preguntale a Adán. El vivió en las dos veredas, y sabe cual es la mejor.
Dios siempre te da otra oportunidad. Tienes de tu lado, al abogado mas dulce de la historia: Jesucristo.
No vivas a oscuras, Dios ilumina.
GRACIAS A LA HERMANA SILVIA POR EL FONDO
PEDRO PABLO DE CHILE
""En cambio el que practica la verdad se acerca a la luz, para que se vea claramente que ha hecho sus obras en obediencia a Dios." Juan 3:21 "
El ser humano tiene la costumbre de esconderse cada vez que hace algo que esta mal. Rompemos un jarrón en casa y ponemos cara de “acá no pasa nada";, y nos vamos a dar una vuelta para evitar el reto. Algo sale mal en el trabajo y siempre la culpa es del otro.
Esto mismo le paso a Adán en el huerto del Edén. Habían estado caminando con Dios, hablando cara a cara desde su nacimiento. Era la comunión más perfecta del universo. Era lo que Dios había planeado.
Pero un día Eva decide comer del fruto prohibido y le da también a Adán. Y se dan cuenta que algo había cambiado. Ya no eran los mismos. Habían cometido una falta terrible, habían defraudado a Dios. Y se esconden.
Tuvieron miedo de acercarse al Perfecto Santo. Sabían que estaban en falta y lo que hicieron fue esconderse. Esa misma conducta de nuestros primeros padres la seguimos repitiendo a diario.
Cada vez que cometemos un pecado, nos alejamos de Dios. Ninguno de nosotros lee la Biblia después de haber pecado, ninguno adora a Dios después de haber mentido. Y es obvio, se nos cae la cara de vergüenza.
Nos sentimos igual que Adán, que al fallarle a Dios, no tiene mejor idea que esconderse de Su Mirada. Sin darse cuenta, que no podemos escondernos de Dios. El esta en todos lados, incluso en nuestra mente, y sabe que hacemos y donde estamos a cada momento.
Por eso Juan nos recuerda esta verdad eterna. Solo aquel que no tiene nada que ocultar, tiene la conciencia limpia para acercarse a la luz. Solo aquel que esta verdaderamente limpio se atreve a exponerse a un examen de calid
Y esto debería ser la constante en la vida tuya y mía. Una practica permanente de la verdad. Una vida conducida por los parámetros de Dios, donde el pecado sea solo la excepción a la regla. Donde las faltas sean solo un accidentnal.
Si te vivís escondiendo de Dios, si no querés mirarlo, si estas lejos de El, si no tenés ganas de leer la Biblia o de orar, si te cuesta ir a la iglesia porque son todos unos falsos, si tu mente esta en cualquiera, aunque tu cuerpo vaya al culto, Juan te dice una vez mas: alejate del pecado. Confesa tus faltas, el rencor, el enojo, la hipocresía, la falta de interés, la doble vida, las malas palabras, el olvido, y volvé a la Luz.
No pierdas mas el tiempo, no dejes pasar otra hora sin arrepentirte. La vida cerca de Dios es lo más maravilloso que hay en la tierra. Preguntale dán. El vivió en las dos veredas, y sabe cual es la mejor.
Dios siempre te da otra oportunidad. Tenés de tu lado, al abogado mas dulce de la historia: JesucristREFLEXION - No vivas a oscuras, Dios ilumina
|