Y Jesús lloró." Juan 11:35
Juan escribe su evangelio 30 años después que los demás. Y de los cuatro, es el que mas se acomoda a la realidad de esos años. Juan había visto crecer a la iglesia en medio de dos culturas muy fuertes. La judía, por territorio geográfico donde había comenzado todo y la helénica, cultura griega que era la mas influyente de esos días.
No era posible hablarles de la misma manera, porque su forma de pensar era muy distinta. Por eso el evangelio de Juan es tan rico en conceptos. Porque buscaba llegar a ambos pensamientos.
Para captar la atención de los judíos, a Juan le resultó más sencillo, porque conocía su manera de pensar. Sabía que ellos creían en un Dios eterno y poderoso, pero que también tenía misericordia. Un Dios que pedía y recompensaba, un Dios que estaba cercano a su pueblo, si su pueblo le obedecía.
Pero para los griegos, Dios era un ser lejano. Tenían muchos dioses, y cada uno más caprichoso que el otro. Para los griegos, los dioses solo deseaban dañar a los hombres y hacerles mal. Despreciaban a la humanidad por considerarla inferior y limitada y se reían de sus necesidades y problemas.
Era muy triste ser religioso griego, porque el favor de los dioses dependía de muchas cosas que ellos no manejaban.
Por eso esta frase de Juan, fue un golpe terrible para sus lectores. Durante los primeros diez capítulos, Juan se encarga de remarcar la divinidad de Jesucristo. Y no deja lugar a dudas, Jesucristo es Dios. Lo fue siempre y siempre lo será.
Y en tres palabras, lo describe totalmente humano. Y Jesús lloro. Tiro por tierra toda la cultura griega y su filosofía de la religión. Dios ya no estaba lejos y ausente. Dios no se olvidaba de las miserias humanas, Dios no se burlaba del sufrimiento del hombre. Ahora Dios compartía el dolor con ellos.
Sí, Jesús lloró. El sabe lo que es el dolor, conoce el sufrimiento, sabe lo que duele esa herida que no cierra. Jesús también lloró, como lloramos nosotros. Y por eso puede consolarnos tan bien. Dios ya no es más un ser ausente de la realidad de este mundo, Dios no está lejos, mirando de reojo, Dios es parte de tu vida.
Lo que estas sufriendo, Jesús ya lo padeció. El sabe qué se siente, El te comprende y te puede consolar. Porque ya estuvo ahi
El te comprende y te puede consolar
Tu camino, ya lo transitó Jesús.
GRACIAS A LA HNA. SILVIA POR EL FONDO
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