Amado Hermano precioso tu mensaje comparto esta reflexión ´:
Un Retrato de los Humildes
1. Confían en Dios
Lo primero que hacen los humildes es confiar en Dios (versículo 5b). Creen que actuará a su favor y los sostendrá cuando los demás estén en su contra. La humildad de la Biblia tiene raíces en la confianza profunda de que Dios está a lado de ti y no en tu contra.
2. Encomiendan al Señor su Camino
Luego, los humildes encomiendan su camino al Señor (versículo 5a). La palabra hebrea que indica "encomendar" significa literalmente "rodar." Los humildes han descubierto que Dios es digno de confianza, por eso rodan su "camino”— sus asuntos, sus problemas, sus relaciones, su salud, sus temores, sus frustraciones, rodan todas estas cosas sobre el Señor. Admiten que ellos solos son incapaces enfrentarse con con la complejidad y las presiones y los obstáculos de la vida, y creen que Dios puede y quiere apoyarlos y guiarlos y protegerlos.
3. Confían Callados en el Señor y Esperan en Él
Luego, de acuerdo con el versículo 7a, los humildes confían callados en el Señor y esperan en Él con paciencia. Primero, descubren que pueden confiar en Dios. Luego, segundo, le encomiendan su camino a Él. Y luego, tercero, esperan callados con paciencia las obras de Dios en sus vidas.
Esto no quiere decir que se convierten perezosos. Significa que dejan de tener preocupaciones. Gozan de una especie de tranquilidad estable que procede de la confianza en que Dios es todopoderoso, en que Él tiene sus asuntos bajo su control, y que Él es misericordioso y en que hará que todo salga bien. Los humildes tienen una silenciosa estabilidad con respecto a sus vidas en medio de la agitación.
4. No se Impacienten a causa de los Impios
Su cuarta característica (versículo 7b) es que no se impacienten a causa de los impios que prospera en su camino. O, como dice el versículo 8, abandonan el furor. Su familia y su trabajo y su vida se encuentran el las soberanas manos de Dios; ellos confían en Él, esperan callados en Él con paciencia para ver cómo operarán su poder y su benevolencia; así que las adversidades y los obstáculos y los que se oponen a ellos en la vida no producen el tipo de las amarguras, la ira y la preocupación que es tan común entre los hombres.
Por lo tanto, el retrato que hemos hecho hasta ahora de la humildad, basado en el paralelismo bíblico más cercano (en el Salmo 37:11) a la tercera bienaventuranza, es que empieza confiando en Dios. Esto, luego, encomienda el camino al Señor, confiando en que utilizará su poder y su misericordia para hacer nuestro bien. Entonces, espera en silencio y con paciencia el resultado. Y, finalmente, esto no deja paso a la ira y las preocupaciones al enfrentarse con las oposiciones y los obstáculos.
Así que ya está claro, a partir de este análisis preliminar del Salmo 37, que la humildad tiene mucho que ver con Dios. Consiste en sentirse tranquilamente libre de la ira que nos tiene preocupados y está basado en la confianza en Dios, en encomendar todos nuestros caminos a Dios y esperar en Dios con paciencia. La humildad tiene mucho que ver con Dios.