**MI CUERPO ES TEMPLO DEL ESPIRITU SANTO **
“Os ruego que presenteis vuestros cuerpo en SACRIFICIO, VIVO, SANTO Y AGRADABLE A DIOS, que es vuestro culto racional” (Romanos 12:1)
Es imposible agradar a Dios si no tengo una visión clara de que mi cuerpo es parte FUNDAMENTAL en la obra de la salvación. Porque donde yo estoy es en este mundo y mi cuerpo está en este mundo por tanto me es imperioso tener mi cuerpo realmente como debe de estar El cuerpo es morada de mi espíritu y como tal no alcanza la posición real y excelente mientras no tenga a Dios en mi vida y en mi ser, y en mi cuerpo
Agustín de Hipona expresó: Dios no puede salvarte a ti sin ti.
Es importante saber que Dios salva a quien quiere salvarse, Dios redime a quien quiere redimirse, Dios ama a quien se deja amar, Dios bendice a quien se deja bendecir.
Dios quiere hacer tanto pero si no damos el primer paso no se puede hacer nada porque Dios RESPETA nuestro libre albedrío por eso es necesario pensar que mi cuerpo es lo primero que debo ofrecer como SACRIFICIO, esto es darlo por alguien que puede dar más beneficios a mi cuerpo que YO MISMO. Y ese es Dios en la persona de Jesucristo.
El sacrificio debe tener las siguientes características:
VIVO: Dinámico, Activo, Constante, Cambiante, Reflexivo, Determinante. Mi cuerpo no es materia inerte, vacía. muerta. Por tanto cuando mi cuerpo axiona en la VIDA Dios la sobre abunda en la vida.
SANTO: La Sagrada Escritura dice que : LA SANTIDAD ES EL ADORNO DE TU CASA. Y Dios ha hecho morada en mí, porque soy templo por tanto la palabra expresa: SED SANTO COMO YO SOY SANTO.
AGRADABLE A DIOS: Ahora hay un estrés comercial, consumista de agradar y todo a mi alrededor busca ser ACEPTABLE, AGRADABLE, pero nada de lo que haga podrá quitar que vean UN PELO EN LA SOPA de mi vida. Lo que me importa es si soy agradable a Dios con mi vida, con mis pensamientos, con mis actos, con mi caminar, porque para él no hay nada oculto tal como lo expresa el
(Salmo 139) Si tomamos en cuenta estos elementos cuando llegamos al templo el domingo veremos que al entrar al templo en su presencia todo mi ser adquiere una nueva dimensión de comprensión y vida, ya que mi cuerpo es el primero que recibe la UNCIÓN DE DIOS.
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