La Cadena de la Falta de Gracia
Lectura: Mateo 6:9-15
Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros
perdonamos a nuestros deudores
Mateo 6:12
Cuando siento que me han tratado injustamente,
puedo idear cienrazones para no perdonar. "Tiene que aprender una lección:,
Dejaré que sufra por un rato; le hará bien", No me corresponde a mí dar el
primer paso". Cuando finalmente me ablando hsta el punto de conceder el
perdón, parece que hubiera dado un salto de la lógica dura a la sensiblería.
Un factor que me motiva a perdonar es que, como crisitano, se me ordena
hacerlo; ya que soy el hijo de un Padr que perdona. Jesús dijo:
"Perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre
que está en los cielos os perdona a vosotros vuestras ofensas"
(Marcos 11.25
Pero más allá de eso, puede identificar tres razones pragmáticas.
Primero: el perdón detiene el ciclo de la culpa y el dolor, rompiendo
la cadena de la falta de gracia. Sin esto, permaneceremos atados a las
personas que no podemos perdonar, atorados en un círculo vicioso.
Segundo: el perdón aminora el domino de la culpabilidad en el que ha
cometido la falta. Permite la posibilidad de transformación en la parte
culpable, aun cuando todavía se requiere un castigo justo.
Y tercero: el perdón crea una conexión extraordinaria, colocando al
perdonador del mismo lado que la parte que hizo el mal. No somos
diferentes del malhechor como nos gustaría pensar, por cuanto también
nosotros debemos pedirle a nuestro Padre celestial,
"Y perdónanos nuestras deudas" (Mateo 6.12)
Philips D. Yancey
Amado Padre celestial, en el nombre de Tu Hijo Jesucristo te rogamos
que pongas el querer como el hacer en cada una de nosotras, que
estemos con un corazón dispuesto perdonar de inmediato cualquier
ofensa, agracio o injusticia, si conocemos a la persona que es ofensiva,
que no piensa para hablar o hace bromas de mal gusto y lastima
que anticipadamente le perdonemos, pero que no permitamos quedarnos
con ninguna falta de perdón para no permitir que esa falta de perdón
eche raíces de amargura, resentimiento, deseos de venganza o culpabilidad.
Porque eso nos afecta y ya no podremos reflejar que somos tus hijas.
Satura nuestro corazón de amor, misericordia, piedad, gnerosidad, bondad
y así como Jesucristo que perdono a todos los que le agraviaron, insularon,
le dieron de latigazos, le escuieron Su rostro, y Él perdono, y pago alto
precio por nuestras faltas, pecados, quiénes somos nosotras para no
perdonar y mantener un corazón limpio, purificado y por ende viviremos
llenos de paz, gozo y llenas de Tu perfecto amor que cubre multitud
de faltas. en el nombre de Cristo Jesús. Amén