La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que
a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse
los tesoros que encierran la tierra y el mar: por la libertad,
así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida.
La libertad no tiene su valor en sí misma: hay que apreciarla
por las cosas que con ella se consiguen.