Meditación
"¡Hay de vosotros, escribas y fariseos, hipócriras! Porque diezman la menta y el eneldo y el camino, y dejáis lo más importante de la ley: La justicia, lamisericordia, y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello. ¡Guías ciegos, que coláis el mosquito, y tragáis el camello! Mateo 23:23-24.
Es triste reconocerlo, la vida de muchos "creyentes" está enfocada en guardar las apariencias. El llamado de Dios nos hace a no "conformaros a este siglo" no está enfocado a lo que comemos o bebemos. El llamado a la no-conformidad es un llamado a la justicia que va más allá de lo externo.
¿Por qué son tan comunes tales distorsiones dentro de los cículos cristianos? La única respuesta que podemos encontrar es el pecado. Nuestras marcas de piedad pueden ser en realidaad marcas de impiedad. Cuando hacemos lo primario lo secundario y agrandamos desproporcionadamente detalles insgnificantes. hacemos ciertas obras para ocultar los asuntos más profundos de justicia. Cuando la piedad es definida exclusivamente en términos de lo externo, se pierde por completo el punto de la enseñanza bíblica.
De alguna manera hemos fallado en escuchar las palabras de Jesús que no es lo que entra por la boca, sino lo que sale de su boca. La religión trata de cambiar al hombre de fuera hacia dentro, pero el Evangelio cambia la hombre de dentro hacia fuera. El Evangelio cambia el corazón, mientras que la religión trata de modificar la conducta. Un cambio del corazón, conlleva un cambio de conducta, mientras que un cambio de conducta nunca puede cambiar nuestro corazón. "Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso, ¿quién lo conocerá?" Jeremías 17:9.
Recuerda que Dios conoce nuestro corazón, Él puede discernir nuestros pensamientos y conocer las intenciones de cada una de nuestras acciones. Podemos engañar al hombre pero nunca podremos engañar Aquel que todo lo sabe y todo lo conoce. Aquel que puede perdonarnos o codenarnos eternamente. El Único y soberano Dios verdadero.
Oración: Padre, cuantas veces confiamos en nuestra propia justicia, y cuantas veces caemos en el engaño de pensar lo que podemos hacer para justificarnos delante de Ti. Por favor abre nuestro entendimiento y que podamos entender el verdadero mensaje del Evangelio. Te lo pido en el nombre de Jesús, amén.
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