Conocí la bolsa de una dama, que era la habitación permanente de algunos objetos que competían entre sí por ser el más importante.
Entre ellos se encontraba un Llavero, un Colorete, un Espejo, un Monedero… ¡ah, también vivía ahí un Rosario!
-El Llavero se sentía indispensable para su dueña, pues sin él no podía arrancar el motor de su carro, ni abrir la puerta de su casa.
-El Monedero competía con sus vecinos; decía que él contenía el poder de manejar el mundo.
-El Colorete y el Espejo, presumían que ellos proveían a su dueña de aquello tan importante para ella, su belleza externa.
El Rosario cristalino, sonreía y se deslizaba lentamente entre las manos de su dueña.
Sus vecinos desesperados por su silencio, le preguntaron:
-"¿Y tú, para qué sirves? ¿Cuál es tu importancia?
El Rosario contestó:
-"Yo salto de cuenta en cuenta entre las manos de mi dueña, ella a veces hasta me besa y en cada Ave María yo le presento a la Virgen sus amores, sus anhelos, planes, alegrías y preocupaciones. En realidad, mi importancia está en hacer sonreír a la Madre de Dios"
Todos los demás objetos quedaron callados.
María te Ama y te lleva a Jesús…