LA VISIÓN Y LA MISIÓN EN EL MATRIMONIO!
La Visión la aporta Dios, pero la Misión la cumplimos nosotros.
La semana pasada hablamos de la visión de Dios para el matrimonio y la familia. EL nos diseñó para que fuéramos familias saludables, que nos gozáramos con su presencia en nuestras vidas y disfrutáramos de todas las cosas buenas de la vida.
Nuestra misión como seres humanos es caminar hacia esa Visión de nuestro Padre Celestial y tenemos que entender que solo enfocándonos en los principios de vida dados por Dios para el matrimonio, nuestras vidas tendrán sentido; y además nos garantiza el éxito de la misión.
Por ejemplo, Dios da las instrucciones de orden de autoridad en la familia y dice que el hombre debe ser el Líder espiritual del hogar, que refleja la imagen y la gloria de Dios a su esposa y a sus hijos. I Cor 11:7
Para lograr con éxito la misión más importante de la vida que es tener una familia saludable, es necesario que el hombre ejerza el liderazgo en su hogar. Y el primer nivel de liderazgo, es el espiritual. Eso significa que el hombre debe poner y desarrollar pautas espirituales en el hogar y debe ser el primero que las cumple; por ejemplo orar por y con su esposa, orar por sus hijos, leer la biblia con la familia en la casa, asistir regularmente a una Iglesia de sana doctrina, y, aprender y poner en práctica principios de vida bíblicos para su familia.
Cuando un hombre ejerce este liderazgo espiritual en su hogar, toda la familia se alinea a la voluntad de Dios y entonces activan las bendiciones de Dios a la vida de la familia. Hoy en día vemos muy pocos hombres realmente espirituales, sinceros, honestos, correctos, amadores verdaderamente de Dios. El sistema materialista del mundo empuja a los hombres a vender su liderazgo a cambio de diversión egoísta y distracciones vanas que no le dejan nada positivo. Es necesario que los hombres despierten y tomen el liderazgo correcto, ese liderazgo que brinda amor, seguridad y estabilidad a su familia.
La mujer fue llamada a cumplir la misión de ayuda idónea de su esposo, o sea, poner todos sus dones, talentos, habilidades y sensores especiales dados por el Creador, para ayudar a su esposo a cumplir la misión más importante de la vida que es tener una familia saludable que honre a Dios. Y si el esposo no es un líder muy espiritual, entonces la mujer debe orar por él, animarlo, ayudarlo, apoyarlo, muchas veces sin palabras, pero con una conducta casta y respetuosa que es de grande estima delante de Dios. I Pe 3:1-4.
La mujer sabia edifica su casa, mas la necia con sus manos la destruye. Prov. 14:1. Mujer, no seas necia, no irrespetes a tu esposo con palabras necias o con actitudes irreverentes y desafiantes. Si tu esposo no está cumpliendo su misión, apóyalo, motívalo, anímalo, pero nunca le faltes el respeto.
Si ambos cumplen su parte, ese será un hogar funcional, bendecido y disfrutarán del éxito en todas las áreas de la vida de la familia. La obediencia siempre traerá bendiciones a toda la familia. Y recuerda: obedecemos a Dios para agradarlo a EL, no porque necesariamente nuestro cónyuge lo merezca o no. Esa debe ser nuestra motivación para seguir las instrucciones.
Si has entendido el mensaje de hoy y entiendes que tu matrimonio debe ser guiado por la Visión de Dios y movido por tu misión en acción, toma hoy la decisión de aprender y poner en práctica todos los principios que Dios estableció para el matrimonio.
Tú matrimonio y tu familia es el tesoro más valioso que Dios te ha dado. CUÍDALO!
MIGDALIA
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