Una ó varias metas personales son nuestras: son lo que queremos para nosotros y no lo que los demás quieren para nosotros. Creamos en nosotros mismos: podemos lograr cualquier cosa. Veamos lo que Jacquie nos quiere decir:
La clave para ser feliz es respetar nuestro deseo de mejorar nuestra vida por nuestras propias escogencias aunque, y especialmente si, los demás las ridiculizan. No permitamos que la ignorancia o la vista corta de los demás redirijan las metas de nuestra vida.
Todos tenemos nuestro propio camino a seguir... nuestro propio mapa para el futuro. La clave es comprender que todos somos diferentes y respetar sus metas tanto como las nuestras.
No aceptemos conductas que atenten contra nuestras creencias o deseos y no aceptemos conductas de amigos, familiares o cónyuges que no aceptaríamos de un extraño.
Seamos fieles a nosotros mismos. Parémonos firmes y no pospongamos nuestros sueños o deseos para agradar a algún otro en base a su idea sobre lo que debería ser...
Jacqueline Mendez, copyright 2006 Dios es Dios de metas y te da la oportunidad de fijar metas y lograrlas. Cada meta lograda es una oportunidad para alabar a Dios. Preparate y fija tu próxima meta.
No que ya lo haya alcanzado o que ya haya llegado a ser perfecto, sino que sigo adelante, a fin de poder alcanzar aquello para lo cual también fui alcanzado por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no considero haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está delante, prosigo hacia la meta para obtener el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. Filipenses 3:12-14.
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