Es una de las palabras más bonitas y de los sentimientos más sentidos. Obedece y atiende a ningún partido y convierte en risas todas las cuitas.
La amistad no sabe ser egoísta; no es del presente, ni del pasado ido. En lo transcendental puro hace nido y es incondicional mientras exista.
Es perdonar, tratando de comprender. Es poder confiar creando una hermandad. Es respetar y aceptar al otro como es.
Es no criticar, admirar y ceder. Estar en la alegría y la adversidad. Es seguir fiel, aunque el mundo ande al revés.
Zoraida Armengol — Cuba
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