"Cuando las cosas van bien"
Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga”.
(1 Corintios 10:12).
A veces pareciera que estamos en una total calma, pareciera que de los mares han cesado las olas, que los vientos se han ido, que el sol ha salido y alumbra nuestro camino.
Paradójicamente en lo espiritual esos momentos de bienestar y de total calma muchas veces hacen que nos descuidemos, que pensemos que ya todo está hecho, que hemos ganado y poco a poco nos vamos haciendo sordos a la voz de nuestro Señor.
Y es que a veces pareciera que la pasamos mejor cuando estamos en aprietos, cuando estamos en medio de una encrucijada. Y es que en esos momentos de problemas y desiertos estamos más atentos a lo que Dios quiere hablarnos, nuestro espíritu se sensibiliza a su presencia y estoy seguro que en los momentos de desiertos es cuando hemos tenido las mejores experiencias personales con Dios.
Personalmente, mis mejores experiencias con Dios han sido en el desierto, en el anonimato, en esos momentos en donde pareciera que todo está en contra y lejos de ver lo prometido, solo veo arena y más desierto. Pero en esos momentos es cuando he tenido mis mejores momentos con Dios, es cuando mi corazón ha estado más sensible, es cuando mi oído ha estado más preciso a escuchar la voz de Dios, es cuando todo mi ser se ha rendido totalmente a El reconociendo mi dependencia TOTAL hacia El.
Ahora bien, ¿Por qué en los momentos de bonanza y de bendición nos volvemos menos sensibles a Dios?, porque como todo el panorama pinta bien, creemos que todo está bajo control y descuidamos la razón por la cual todo está bajo control y esto es nuestro Dios.
Hoy te invito a que si estas pasando momentos bellos, en donde quizá el sol ha salido, en donde a lo mejor te está yendo bien a que NO TE OLVIDES DE DIOS, a que no te olvides que si las cosas están caminando bien, es porque EL lo está haciendo, y por lo tanto es una razón más, para seguir buscándolo y dependiendo de É.
Ahora bien, si estas pasando por desiertos o anonimatos, en donde pareciera que no saldrás de esa, te invito a que los aproveches, a que no los veas de mala cara, al contrario, date cuenta que es una buena oportunidad para tener encuentros especiales con Dios, en donde tu corazón, tu mente y todo tu ser serán más sensibles a Él.
Busquemos cada día, mantener esa relación personal con Dios que nos llevara hacia la victoria diaria, porque estoy segura que Dios quiere encontrarse diariamente con nosotros.
¡Él quiere encontrarse contigo hoy mismo!)
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