El egoísmo es una actitud destructora de matrimonios!
Es el excesivo aprecio que tiene una persona por sí mismo, y que le hace atender desmedidamente su propio interés, sin preocuparse mucho del de los demás. Está relacionado con la ambición, la codicia, el individualismo, el egocentrismo y el irrespeto.
Es una enfermedad emocional degenerativa que siempre trata de sacar ventaja para sí mismo, sin importarle mucho la necesidad o el deseo de otras personas.
Por ejemplo: los esposos que no escuchan a su cónyuge con la debida atención, evidencian una actitud egoísta. O los esposos que no respetan el punto de vista de su cónyuge aunque esté equivocado(a), manifiestan una actitud egoísta. Hay muchos cónyuges que no quieren compartir con la familia de su esposo(a). Muchos matrimonios tienen problemas en el área de las finanzas porque siempre quieren manejar el dinero a su manera sin tomar en cuenta la opinión de su cónyuge. En las relaciones sexuales también se puede manifestar el egoísmo cuando se interesan más por el bienestar propio que el del cónyuge.
Lo más increíble, es que tendemos a ver las manifestaciones de egoísmo en nuestro cónyuge con mucha facilidad, pero nos cuesta verlas en nosotros mismos(as). Reclamamos “nuestros derechos” pero rara vez tomamos en cuenta los “derechos” o necesidades y deseos de nuestro cónyuge. Muchas veces juzgamos y acusamos sin darnos cuenta que nosotros también hacemos lo mismo muchas veces.
Toda manifestación de egoísmo en el matrimonio generalmente provoca discusiones que van a lesionar seriamente la relación de la pareja. La actitud egoísta hace sentir al otro que no le importa su bienestar y por lo tanto no le interesa la relación. El dolor que provoca esa sensación hace que las parejas reclamen atención y discutan fuertemente, lo cual fácilmente les conduce a herirse emocionalmente. Hay otras parejas que no discuten, no piden la atención pero entonces se vuelven indiferentes.
¿COMO CONTROLAMOS NUESTRA ACTITUD EGOÍSTA? Lo primero es reconocer que hemos actuado egoístamente en muchas ocasiones, lastimando a nuestra pareja. Segundo, debemos asumir una actitud de humildad, tolerancia y paciencia, y debemos tomar la decisión y esforzarnos por poner atención y tratar de comprender el punto de vista de nuestro cónyuge, dedicando más tiempo a pensar en sus necesidades, deseos y gustos. Hable con su cónyuge y reconozca su actitud egoísta antes de pedirle que vea las de el(ella).
La regla de oro: “Hacer con los demás como te gustaría que hicieran contigo” Mateo 7:12. Esta regla de relaciones humanas nos habla de tratar a los demás como nos gustaría que nos trataran a nosotros en cualquier situación. “Todo lo que el hombre sembrare eso también segará”. Gálatas 6:7 Si sembramos en nuestra pareja cariño, atención, respeto, amor, buena voluntad, consideración, apoyo, etc.; vamos a recibir lo mismo y más. El mejor antídoto contra el egoísmo es el amor, porque amar es dar, servir y atender el bienestar de los otros.
Toma la decisión hoy mismo de pedirle perdón a tu cónyuge por tu actitud egoísta y comienza a trabajar en un nuevo hábito que elimine el egoísmo de tu vida y te permita atender las necesidades y deseos de tu cónyuge.
Tú matrimonio y tu familia es el tesoro más valioso que Dios te ha dado. CUÍDALO!