Querida Mujer de Victoria
Es difícil para nosotros leer Éxodo 20 sin considerar una lista de reglamentos de Dios, la cual si se viola conlleva a un gran castigo. Los Diez Mandamientos era palabras temibles provenientes de la boca del todopoderoso. Esa fue exactamente a reacción de los hijos de Israel.
Solo tres meses antes de ellos habían experimentado la liberación de Egipto. Ese día habían expderimentado lo que Dios estaba tratando de mostrarles ahora: a Él mismo. Su deseo de estar siempre disponible para ellos dependía solo del reconocimiento de su Señorío y de su obediencia (Véase Éx 19.5).
Tenemos que preguntarnos si un Dios de amor nos pediría que obedeciéramos una serie de reglas imposibles. Si la respuesta es no, entonces ¿Cuál es el propósito de los Diez Mandamientos? Dios no es como los padres que exigen de sus hijos lo que ellos mismos no hacen. los instruyen con "haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago".
La primera función de Dios hacia nosotros es la de Padre, y su supremo deseo es que le conozcamos. Cuando le conocemos es que podemos confiar en Él absolutamente,
La misma naturaleza y carácter de Dios se revela en la Torah, que es la Palabra que se traduce más de doscientos veces por "Ley" Cumplir los Diez Mandamientos, que son solo un resumen de toda la Ley, sin conocer a Dios que la dio, resultaría solo en una obediencia legalista que está destinada a fracasar. Jesús dio claras enseñanzas en Mateo 5:21-28.
Sólo veamos el primer mandamiento para aclarar mejor esto: "No tendrás dioses ajenos delante de mí" ¿Es esta la voz dominante de un ególatra, o el cuidado amoroso del único que puede librarlos, proveerles, guiarlos, o bendecirlos? Ya sabemos que Dios es perfecto, todopoderoso, y la autoridad suprema, así que ¿cuál es la lección de este pasaje para nosotros? Pablo declara su entendimiento en Romanos 8.3 y 13:8-10. La perfección y la santidad que Dios requiere de su pueblo escogido es para que cada cristiano que haya muerto al yo y haya resucitado en Cristo experimente. En otras palabras, nuestro Dios amoroso y protector quiere que reflejemos su semejanza y que vivamos en su bendición; y Él lo ha hecho posible al enviar su Hijo a vivir con nosotros y en nosotros.
La respuesta de las personas a esta demostración del topoderosos, quien les habia afirmado que eran su pueblo y había prometido cuidarlos siempre, fue alejarse de la presencia de su gloria que se evidenciaba en los truenos, el sonido de la trompeta, el humo y el fuego ( véase Éx 20.18).
No reaccinemos de manera similar. Dios nos ayuda a regocijarnos en su persona y su llamado, y nos permite entrar confiadamente al lugar de la gracia y la misericordia para que podamos cumplir fielmente nuestro propósito. Aquí nos unimos al salmista al decir: "El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y tu ley está en medio de mi corazón. (Salmo 40.8)
Iverna Fompkins
Señor, en el nombre de tu Hijo Jesucristo te ruego que le des discerniento y sabiduría a los hombres que no se hagan imágenes, ni se inclinen a ellas ni las honren, porque tú eres un Dios celoso. y sobre toda cosa guardada, guarda nuestro corazón porque de él mana la vida, saca todo aquello a tu luz admirable, para que podamos echar fuera todo aquello que hemos llegado hacerlo un dios en nuestra vida, para poder honrarte, glorificarte en todas las áreas de nuestra vida. Amén
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