PIDIENDO CON SABIDURIA

Una vez un grupo de tres hombres se perdieron en la montaña, y había solamente una fruta para alimentarlos a los tres, quienes casi desfallecian de hambre. Se les apareció entonces Jesús y les dijo que probaría su sabiduría y que dependiendo de lo que mostraran les salvaría. Les preguntó entonces Jesús qué podian pedirle para arreglar aquel problema y que todos se alimentaran.

El primero dijo: "Pues aparece más comida" Jesús le contestó que era una respuesta sin sabiduría, pues no se debe pedir a Jesús que aparezca mágicamente la solución a los problemas sino trabajar con lo que se tiene.

Dijo el segundo entonces: "Haz que la fruta crezca para que sea suficiente" a lo que Jesús contestó que no, pues la solución no es pedir siempre multiplicación de lo que se tiene para arreglar el problema, pues el ser humano nunca queda satisfecho y por ende nunca sería suficiente.

El tercero dijo entonces: "Mi buen Jesús, aunque tenemos hambre y somos orgullosos, haznos pequeños a nosotros para que la fruta nos alcance" Jesús dijo: "Has contestado bien, pues cuando el hombre se hace humilde y se empequeñece delante de mis ojos, verá la prosperidad."

Saben, se nos enseña siempre a que otros arreglen los problemas o a buscar la salida fácil, siempre pidiendo a Jesús que arregle todo sin nosotros cambiar o sacrificar nada. Por eso muchas veces parece que Jesús no nos escucha pues pedimos sin dejar nada de lado y queriendo siempre salir ganando. Muchas veces somos egoístas y siempre queremos de todo para nosotros.

Seremos felices el día que aprendamos que la forma de pedir a Jesús es reconocernos débiles, y ser humildes dejando de lado nuestro orgullo. Y veremos que el empequeñecernos en lujos y ser mansos de corazón veremos la prosperidad de Jesús y la forma como El escucha. Pidele a Jesús que te haga pequeño.... haz la prueba.