Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar de todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos. Apocalipsis 7:9
Oíd el son de santas voces que cantan desde el mar de cristal! "Aleluya, Aleluya, Aleluya, a Ti Señor"
Multitudes que nadie puede contar, como las estrellas en gloria están vestidos de ropas blancas que la sangre del Cordero lavó. Allí están patriarcas y santos profetas que le prepararon el camino a Cristo, doncellas, matronas y viudas piadosas que han esperado en oración, reyes, apóstoles, santos, mártires y evangelistas que en concierto santo, alaban al Señor entonando su canción. Éstos son los que han venido de grande tribulación, y han lavado sus vestiduras con sangre; las han lavado con sangre del Cordero. Fueron atribulados, pero permanecieron firmes. Sufrieron prisiones, burlas, fueron apedreados, atormetados, aserrados, pasados a cuchillo, pero han vencido la muerte y a Satanás por el poder de Cristo el Señor.
Con tu cruz como estandarte han marchado hacia el triunfo, siguiendo tus pisadas, Capitán de su Salvación. te siguen a Ti, su Salvador y su Rey. Han padecido gozosamente por Ti, Señor y gustosamente han entregado sus vidas como ofrenda a Tu nmbre; han muerto por ti, pero al morir, nacieron a la vida inmortal y a la gloria. Ahora reinan el gloria celestial, ahora camina por sendas de dorada luz; ahora beben como de un río la bendición santa e infinita; gustan el amor y la paz por siempre, y en toda verdad y perfecto conocimiento pueden tener la beatífica visión de la bendita Trinidad.
¡Dios de Dios, Unigénito de Dios, Luz de Luz, Enmanuel! ¡Tu, en cuyo cuerpo moran para siempre todos los santos en uno, derrama sobre nosotros Tu plenitud, para que podamos adorar para siempre a Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios el Espíritu Santo! Amén.
Cristóbal Wordsworth, 1862
Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar de todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos. Apocalipsis 7:9
Una gran multitud son todos los redimidos d elos distintos grupos humanos a través de la historia. Las ropas blancas y las palmas simbolizan la justicia y la victoria.
y cantan un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque Tu fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblos y nación. Apocalipsis 5.9
Unamos al coro celestial y alabemos al que Vive y Reina por los siglos de los siglos amén
Ministerio Mujeres en Victoria Somos siervas de Dios que trabajamos por la restauración integral del Cuerpo de Cristo y especialmente en la restauración de la mujer en todas las áreas
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