Falta de memoria
“Un poco después, acercándose los que por allí estaban, dijeron a Pedro: Verdaderamente también tú eres de ellos, porque aún tu manera de hablar te descubre. Entonces él comenzó a maldecir, y a jurar: No conozco al hombre”. (San Mateo 26: 73,74) . Por el
Existen personas que verdaderamente tienen problemas de memoria: Otros dicen que no se recuerdan de alguna cosa, pero en este caso, el problema no está en la memoria. Reflexionemos en relación a este punto.
La memoria es un don precioso que Dios ha concedido a todos nosotros. Gracias a la memoria, podemos relacionarnos de una forma normal y armoniosa con otras personas. Sin embargo, existen muchas enfermedades que afectan a la memoria. La amnesia es una de ellas. En la amnesia, la persona se olvida de muchas cosas que le han sucedido en su vida. Existe también la arteriosclerosis, y el mal de Alzheimer, enfermedades que perjudican la memoria, especialmente a las personas en edad senil. Son enfermedades en la que no hay culpa en ninguna persona que está siendo afectada, por el hecho de olvidar y la pérdida que ella sufre. Esas enfermedades exigen mucho amor y paciencia por parte de las personas que las atienden.
Pero lo que nos tiene la atención en la meditación de hoy, es la pérdida voluntaria de la memoria. Son personas que dicen que no se recuerdan de algo, cuando en la realidad están conscientes de ello, para engañar a otros y sacar provecho de esa situación. El problema en estos casos, no está en la memoria, sino en el corazón de esa persona que ha tomado deliberadamente ese mal camino. El problema en estos casos, no está en la memoria, sino en el corazón. La Biblia nos narra que el apóstol Pedro, en cierta oportunidad, tuvo una “pérdida voluntaria de memoria”. Fue en el momento en que Jesús fue puesto preso. Pedro entró en el palacio, donde Jesús estaba siendo juzgado, y permaneció viendo desde lejos lo que estaba sucediendo. En ese momento, algunas personas lo reconocieron como uno de los discípulos de Jesús. Pedro se llenó de miedo pensando que él podía ser llevado preso, y por eso dijo que no conocía a Jesús. Dice la Escritura , que él comenzó a maldecir y hacer falso juramento, que no conocía a Jesús. ¡Que triste pérdida de memoria tuvo Pedro!
Infelizmente, el apóstol Pedro no fue la única “víctima” de un ataque de perdida de la memoria. Esta pérdida de memoria “sui géneris” sucede mucho, es muy común entre todos los seres humanos. Son muchas las personas que saben de la existencia de Dios, que conocen su voluntad, pero por diversos motivos, o conveniencias, viven y hacen su vida diaria como que si no tuvieran ningún conocimiento de él. ¿Cuántas veces nosotros también hemos sufrido de esa amnesia voluntaria y escondemos la mano para anunciar la verdad y hacer justicia y misericordia?
Jesús fue amoroso y misericordioso con Pedro, le hizo ver su pecado y éste arrepentido fue restituido. Jesús nos llama siempre al arrepentimiento y a poner nuestra confianza en él, sabiendo que aún en las situaciones más difíciles, nos fortalecerá para seguir adelante. El siempre nos abre su mano y nos brinda una nueva oportunidad. Nuestra decisión debería ser la de no negarnos nunca a Jesús y tener presente lo que ha hecho por nosotros en nuestras vidas.
Bondadoso Dios: Gracias por Jesucristo, él siempre se acuerda de nosotros y fue a la cruz por nuestro pecado. Amén.
GRACIAS A LA HERMANA SILVIA RODRIGUEZ POR EL FONDO
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