¿Por qué ascendió Jesús al cielo? Imagínate que tan fácilmente se hubieran convertido las personas si él hubiera reanudado su ministerio público después de su resurrección. Aún los Fariseos que lo vieron morir hubieran caído a sus pies en arrepentimiento.
Sin embargo, el plan de Dios para la salvación del mundo fue mucho más grande, mucho mayor. Mientras Jesús anduvo en la tierra, él fue solo un humano. Después, al darse a si mismo en la Eucaristía a sus discípulos, él llegó a ser cada humano que toma este regalo seriamente. Cuándo nosotros recibimos a Jesús en la Eucaristía, nosotros nos unimos a su misión. En cada liturgia eucarística, nosotros somos "enviados" -- es decir, colocados en la misión con Jesús - a continuar el ministerio que él empezó.
Como vemos en la lectura del Evangelio, antes de que él subiera al cielo, Jesús comisiono a cada discípulo - incluyéndote a ti y a mí hoy -- para esta tarea. El rito de este ENCARGO es repetido al final de cada Misa, cuando el sacerdote, representando a Cristo, nos envía a amar, servir y hacer una diferencia en el mundo.
Es una misión difícil. Humanamente somos bastante inadecuados. Así que Jesús nos dio su Espíritu Santo. Al unir nuestro espíritu a su Espíritu y después depender de Dios en cada situación, la pregunta no es que si somos los adecuados. Es la disposición. ¿Estamos nosotros dispuestos a poner tiempo y esfuerzo y desarrollo espiritual a ser las manos, pies y voz de Cristo para el mundo?
Dado a que Jesús subió al cielo, él no tiene más manos que las de nosotros, y él no tiene voz más que nuestra voz.
¿Eres infeliz a causa de los males que existen en este mundo? Dios tiene grandes planes para llevar su reino a estas situaciones. ¿Te preocupan los abusos que ves? ¿La inmoralidad en la televisión? ¿Las injusticias en tu lugar de trabajo? ¿Las divisiones en tu parroquia o la conducta dañosa en tus líderes? A Jesús le preocupan mucho más que a ti. Sin embargo, él no tiene más manos que tus manos, y él no tiene más voz que tú voz.
Desde que Jesús subió al cielo y mandó su Espíritu Santo a la tierra, Dios ha escogido evangelizar al mundo por medio de nosotros, primero en nuestros hogares, después extendiendo su amor a nuestras parroquias, lugares de trabajo y lugares de diversión.
En esta celebración de la Ascensión de Nuestro Señor, has esta oración: Señor Jesús, lléname con la presencia de Tu Espíritu Santo y con los regalos que Tu quieres que utilice. Muéstrame cuando y cómo utilizar estos carismas. Y ayúdame a vencer mi orgullo y mis temores y demás pecados que evitan que haga las tareas que TU me pides hacer. Quiero ser Tus manos, Tus pies, y Tu voz, Señor Jesús. ¡Amén!
Reflexión de Las Buenas Nuevas
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