Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

AMIGOS UNIDOS EN CRISTO
¡ Feliz Cumpleaños La Morocha arg4 !
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 VISTA RÁPIDA 
 JESUS LLAMA HOY A TU CORAZON...RECIBELO!!! 
 MENSAJE DE BIENVENIDA 
 BIBLIA ON LINE 
 
 
  Herramientas
 
General: EL PAN DE CRISTO
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: SANTAMARGARITA  (Mensaje original) Enviado: 07/09/2011 20:01

  

              

                                                              

 
 
 
 
 
 
 
 >               El siguiente es el relato verídico de un
> hombre llamado Víctor. Al cabo de meses de encontrarse sin
> trabajo, se vio obligado a recurrir a la mendicidad para
> sobrevivir, cosa que detestaba profundamente.
>               Una fría tarde de invierno se encontraba en
> las inmediaciones de un club privado cuando observó a un
> hombre y su esposa que entraban al mismo.
>               Víctor le pidio al hombre unas monedas para
> poder comprarse  algo de comer.
>
>               - Lo siento, amigo, pero no tengo nada de
> cambio -replicó éste. La
>               mujer, que oyó la conversación, preguntó:
>
>               - ¿Qué quería ese pobre hombre?
>
>               - Dinero para una comida. Dijo que tenía
> hambre -respondió su marido.
>
>               - Lorenzo, no podemos entrar a comer una
> comida suntuosa que no
>               necesitamos y ¡Dejar a un hombre hambriento
> aquí afuera!
>
>               - Hoy en día hay un mendigo en cada esquina!
> Seguro que quiere el
>               dinero para beber.
>
>               -¡Yo tengo un poco de cambio! Le daré algo.
>
>               Aunque Víctor estaba de espaldas a ellos,
> oyó todo lo que dijeron,
>               avergonzado, quería alejarse corriendo de
> allí, pero en ese momento oyó
>               la amable voz de la mujer  que le decía:
>
>               - Aquí tiene unas monedas. Consígase algo
> de comer, aunque la situación
>               está difícil, no pierda las esperanzas. En
> alguna parte hay un empleo
>               para usted. Espero que pronto lo encuentre.
>
>               -¡Muchas gracias, señora! Me ha dado usted
> ocasión de comenzar de nuevo
>               y me ha ayudado a cobrar ánimo. Jamás
> olvidaré su gentileza.
>
>               -Estará usted comiendo El Pan de Cristo!
> Compártalo -dijo ella con una
>               cálida sonrisa dirigida más bien a un
> hombre y no a un mendigo.
>
>               Víctor sintió como si una descarga
> eléctrica le recorriera el cuerpo,
>               encontró un lugar barato donde comer, gastó
> la mitad de lo que la
>               señora le había dado y resolvío guardar lo
> que le sobraba para otro
>               día, comería el pan de Cristo dos días.
> Una vez más, aquella descarga
>               eléctrica corría por su interior. ¡El Pan
> de Cristo!
>
>               -¡Un momento! -pensó-. No puedo guardarme
> el pan de Cristo solamente
>               para mí mismo.
>               Le parecía estar escuchando el eco de un
> viejo himno que había
>               aprendido en la escuela sabatica. En ese
> momento pasó a  su lado un
>               anciano.
>
>               -Quizás ese pobre anciano tenga hambre
> -pensó-. Tengo que compartir el
>               pan de Cristo.
>
>               - Oiga -exclamó Víctor-. ¿Le gustaría
> entrar y comerse una buena comida?
>               El viejo se dio vuelta y lo miró con
> descreimiento.
>
>               - ¿Habla usted en serio, amigo? El hombre no
> daba crédito a su buena
>               fortuna hasta que se sentó a una mesa
> cubierta con un hule y le
>               pusieron delante un plato de guiso caliente.
>
>               Durante la cena, Víctor notó que el hombre
> envolvía un pedazo de  pan
>               en su servilleta de papel.
>
>               - ¿Está guardando un poco para mañana? -le
> preguntó.
>
>               - No, no. Es que hay un chico que conozco por
> donde suelo frecuentar,
>               la ha pasado mal últimamente y estaba
> llorando cuando lo dejé, tenía
>               hambre.. Le voy a llevar el pan.
>
>               - El  Pan de Cristo!. Recordó nuevamente las
> palabras de la mujer y
>               tuvo la extraña sensación de que había un
> tercer Convidado sentado a
>               aquella mesa. A lo lejos las campanas de una
> iglesia parecían entonar a
>               los dos el viejo himno que le había sonado
> antes en la cabeza.
>               Los dos hombres llevaron el pan al niño
> hambriento, que comenzó a
>               engullírselo. De golpe se detuvo y llamó a
> un perro, un perro perdido y
>               asustado.
>
>               - Aquí tienes, perrito. Te doy la mitad
> -dijo el niño. El Pan de Cristo
>               alcanzará también para ti.
>               El niño había cambiado totalmente de
> semblante. Se puso de pie y
>               comenzó a vender el periódico con
> entusiasmo.
>
>               - Hasta luego -dijo Víctor al viejo-. En
> alguna parte hay un empleo
>               para usted. Pronto dará con el. No
> desespere.
>
>               - ¿Sabe? -su voz se tornó en un susurró-.
> Esto que hemos comido es el
>               Pan de Cristo. Una señora me lo dijo cuando
> me dio aquellas monedas
>               para comprarlo.  El futuro nos deparará algo
> bueno!
>
>               Al alejarse el viejo, Víctor se dio vuelta y
> se encontró con el perro
>               que le olfateaba la pierna.
>               Se agachó para acariciarlo y descubrió que
> tenía un collar que llevaba
>               grabado el nombre del dueño. Víctor
> recorrió el largo camino  hasta la
>               casa del dueño del perro y llamó a la
> puerta.
>               Al salir éste  y ver que había encontrado a
> su perro, se puso
>               contentísimo, de golpe la expresión de su
> rostro se tornó seria. Estaba
>               por reprocharle a Víctor que seguramente
> había robado el perro para
>               cobrar la recompensa, pero no lo hizo,
> Víctor ostentaba un cierto aire
>               de dignidad que lo detuvo.
>               En cambio dijo:
>
>               - En el periódico vespertino de ayer ofrecí
> una recompensa. ¡Aquí tiene!
>               Víctor miró el billete medio aturdido.
>
>               - No puedo aceptarlo -dijo quedamente-. Solo
> quería hacerle un  bien al
>               perro.
>
>               - Téngalo! Para mi lo que usted hizo  vale
> mucho más que eso, le
>               interesará un empleo?
>               Venga a mi oficina mañana, me hace mucha
> falta una persona íntegra como
>               usted.
>
>               Al volver a emprender Víctor la caminata por
> la avenida, aquel viejo
>               himno que recordaba de su niñez volvió a
> sonarle en el alma, se
>               titulaba:
>
>               'Parte el Pan de Vida'...
>
>               'NO OS CANSEIS DE DAR, PERO NO DEIS LAS
> SOBRAS, DAD HASTA SENTIRLO, HASTA QUE DUELA'.
>
>               QUE EL SEÑOR NOS CONCEDA LA GRACIA DE TOMAR
> NUESTRA CRUZ Y  SEGUIRLO, AUNQUE DUELA.
>
>               AHORA, SI LO DESEAS, COMPARTE ESTO CON LOS
> DEMAS, 'EL PAN DE CRISTO'.....YO YA LO HICE.
>
>               ESPERO QUE SIRVA DE ALGO EN TU VIDA...
>               ¡QUE DIOS LOS BENDIGA SIEMPRE...!!!
>
>               Señor Jesús:'Te amo mucho, te necesito
> para siempre, estás en lo más
>               profundo de mi corazón, bendice con tus
> néctares corporales, a mi
>               familia, mi casa, mi hogar, mi empleo, mis
> finanzas, mis sueños, mis
>               proyectos y a mis amigos'..
 
 
 
 

By Andrea





Primer  Anterior  2 a 2 de 2  Siguiente   Último  
Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: mujervirtuosa8 Enviado: 08/09/2011 20:14


 
©2025 - Gabitos - Todos los derechos reservados