"Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste, digo: ¿Qué es el hombre para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre para que lo visites?" Salmo 8:3-4.

Gran emoción mundial fue el 20 de Julio de 1969 cuando dos astronautas pisaron la superficie de la luna. Neil Amstrong fue el primero que tocó suelo lunar, seguido por Eduardo Aldrin. Michael Collins fue el tercer miembro de la tripulación que quedó a bordo de la cápsula. Con la tecnología disponible hoy, es fácil consultar el hecho leyendo los miles de reportajes sobre la hazaña y sentir gran satisfacción sobre lo que hicieron. Sin embargo, entre todos los relatos del hecho, queda un acto semi-escondido, aunque no hubo prohibición para que no fuera publicado. Tiene que ver con Aldrin, cóm era conocido. Aldrin era anciano de una iglesia presbiteriana en Texas en esa época. Ya que era seguidor de Cristo comprometido, quiso hacer algo significativo en la luna, un gesto significativo de su fe. Junto con los miembros de su iglesia quiso llevar una galleta y una pequeña cantidad de vino. Fue un gesto por el cual quiso demostrar su fe en Cristo y reconocimiento del tomando el pacto que Jesús hizo con los hombres, recrdando su muerte y su resurrección.

Amstrong y Aldrín habían descendido a la superficie de la luna y a los pocos minutos Aldrin dijo públicamente, "yo quiero cojer esta oportunidad para pedir a toda persona que me escucha, quienquiera que sea dondequiera que esté, que se tome un momento para contemplar los eventos de las últimas horas y de gracias a Dios cada uno de la manera que lo considere cómo lo sienta". Luego hubo un bloqueo de la radio impuesto por sus superiores. Leyó en voz alta estás palabras textuales del Señor Jesús, "Yo soy la vid verdadera, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer" Juan 15:5. ¿Porque prohibieron la lectura en voz alta para el mundo? Aldrín era miembro del Apolo 11. Cuando era tripulante del Apolo 8 estaba en órbita arederor de la luna en tiempo de la Navidad, había leído una porción de Génesis y una mujer atea después demandó a la NASA en los tribunales. La NASA no quería más problemas, pero permitió que Aldrín lo hiciera de todas maneras. Solamente que no pudo compartir sus palabras con el mundo cómo hubiera querido. Leyó también los versos 3 y 4 del Salmo 8, el texto de cabecera.

En libros, artículos y entrevistas, Aldrín ha destacado el acto cómo un testimonio al Señor Jesús que dio su vida en la cruz del calvario. Se siente satisfecho pensando que entre las primeras palabras artículadas en la luna fueron palabras de nuestro Señor Jesús. El último verso del Salmo 8 termina con una alabanza: "Oh Jehová, Señor nuestro, Cuán grande es tu nombre en toda la tierra" v.9. Aldrin hizo que la grandeza del nombre de Dios fuera declarada en la luna también.