Pelear contra la mediocridad es algo de todos los días. No dejarte ganar por lo que sucede a tu alrededor te convierte en una persona que lucha contra lo que el enemigo quiere imponer. Pelear contra la mediocridad es señal de que crees en Dios y en lo que Él depositó dentro de vos en el momento que fuiste creado. El diseño original es que seas una persona exitosa, que se equivoca, pero que vuelve a levantarse, que convierte los fracasos en escalones que la llevan a la cima de sus sueños. Para esto tienes que saber que Dios es tan bueno y maravilloso que siempre te da la capacidad y el potencial para ir por más. Dios nunca te va a limitar, siempre te empujará para que te superes y alcances los sueños de tu corazón. Anhelar lo mejor
de Dios y moverte en nuevos niveles de fe trae sobre tu vida un crecimiento mayor en todas las áreas.
Vienen días de mucha bendición. Hay cosas que todavía no hemos escuchado, cosas preparadas para nosotros que todavía no hemos visto, que jamás subieron al corazón de ningún hombre y ni siquiera podemos imaginarnos. Esas cosas están preparadas para tu vida si hoy decidís tomar el desafío que viene de parte de Dios.
Siempre debes ir por algo mejor. Lo bueno de esto es que Dios no solo te desafía, sino que también te da los recursos para que puedas hacerlo.
Si estás viviendo un mal momento, Dios tiene algo muchísimo mejor para ti. Si sufriste alguna pérdida, en lo familiar, en lo material, en lo espiritual, por delante vienen tiempos de ir por cosas mejores. Dios tiene lo mejor. Él te dice: “yo pongo delante de ti el bien y el mal, la bendición y la maldición”. Debes elegir qué vas a hacer con tu vida, si vas a vivir estancado y conformado o si vas a ir por más.
Dice la Biblia que Jesús vino a la Tierra para dar vida y vida en abundancia. Quiere darte. La vida abundante, es la segunda opción después de la salvación Cuando comiences a vivir una vida llena de las bendiciones de Dios, la gente que te rodea va a ver que disfrutas de la vida y va a querer tener lo mismo que tu.
La vida y la vida en abundancia están marcadas por algo especial: la actitud que tenemos como hijos. Cuando aceptamos a Jesús en nuestro corazón pasamos a ser hijos de Dios, pero en la Biblia podemos darnos cuenta de que no todos los hijos eran iguales; había hijos y había hijos primogénitos.
La primogenitura en el Antiguo Testamento era algo especial, ya que el primogénito recibía el doble de herencia que el hijo común, se le daba la capacidad de ser el líder de la familia cuando el padre ya no estaba y más honra, prosperidad, liderazgo y reconocimiento que al resto de sus hermanos.
Puedes vivir como hijo o como hijo primogénito. No importa en qué orden naciste, lo importante es que vivas como un hijo de Dios primogénito, y que puedas disfrutar de todos los beneficios de la primogenitura. Si lo aplicas a tu vida vas a tener doble porción de bendición.
Hay bendiciones del cielo que Dios puede traerte en este tiempo. El reino de Dios es eso, bendiciones del cielo acá en la Tierra. Pero el enemigo quiere que vivas como un hijo común y no como primogénito. Quiere limitar tu capacidad de disfrutar.
Planea todo para que vivas una vida mediocre, sin resultados y sin disfrutar de las bendiciones del cielo. Quiere que estés sentado en la iglesia sin hacer nada. El diablo sabe que eres un hijo de Dios y que no te puede sacar de sus manos, no te puede quitar la salvación, pero va a hacer todo lo posible para sacarte la bendición de ser un hijo primogénito.