Un corazón feliz
¿Existen sólo unas cuantas personas que nacen con una actitud optimista, o es el optimismo una actitud que se puede aprender? La escritora Susan C. Vaughan, en su libro Half Full, Half Empty [Medio lleno, medio vacío], dice que ver las posibilidades de la vida en lugar de sus escollos es resultado de un proceso interno que cualquiera puede seguir. Una de sus conclusiones es que «hay un fuerte vínculo entre la expresión facial y las emociones». Ella cree que la gente que empieza a comportarse de una manera más feliz en realidad se siente más feliz.
Pensar y actuar positivamente tiene cierto mérito, pero la Biblia afirma que el verdadero gozo espiritual comienza en lo profundo de nuestro interior, y luego pasa a nuestros rostros. Un hombre sabio escribió: «El corazón alegre hermosea el rostro. . . el de corazón contento tiene un banquete continuo» (Proverbios 15:13,15). Cuando estamos alegres por dentro, nuestros rostros no pueden más que mostrarlo.
¿Cómo se logra un corazón contento? Podemos empezar dando gracias a Dios por estar con nosotros y obrar para bien todas las cosas (Romanos 8:28). No es cuestión de fingir, sino de practicar una actitud hacia la vida que refleje nuestra fe en Cristo. «Regocijaos en el Señor siempre --escribió Pablo desde la prisión--. Otra vez digo: ¡Regocijaos!»
Esa clase de optimismo comienza con un corazón alegre y rápidamente se manifiesta en el rostro.
By Andrea
|