Un lechero que se está muriendo en el hospital reúne a sus dos hijos, su hija y su esposa y, rodeado por todos èllos y su enfermera, les reparte su herencia:
A ti , Pedro, te dejo las casas del Norte.
A ti, hijita, te dejo todos los apartamentos del conjunto Cerrado!
A ti, Carlitos, por ser mi hijo menor con un gran porvenir, te dejo las oficinas.
Y a ti, mi querida esposa, el edificio del Centro.
Una enfermera, impresionada, le dice a la esposa:
Su esposo es muy rico: les está dejando muchas propiedades!
Y la esposa, sin perder el tiempo, responde:
¡¡¡¡Qué rico ni, ni rico!!!!
Esas son las rutas de repartir la leche.