Ni hablar de un beso... Ni anatómica, ni química, ni biológicamente hay explicación... Y es que es imposible describir la llave maestra que tienes entre labios, los efectos colaterales de tu cercanía perforan el concreto de mi realidad, le dan vía libre a mis vuelos, despliegan mis alas, me recuerdan que no soy de este mundo, que estoy hecha para la eternidad, que mi substancia es celestial...
Me recuerdas quien soy, de que Dios si existe y que está dentro de mí... Porque tus roces alimentan las llamas de un amor que se escurre entre mis venas, haces que El Espíritu de Dios tenga más terreno fértil, expandes el latir del corazón, logras que crezca de tamaño... Eso le da más espacio para él... O en últimas él es quien hace esto para ti.
Profunda e irremediablemente te amo, perdida y alegremente te amo, frenética y pacientemente te amo.
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