Fred
exclamó: "¿Acaso nadie va a ayudara ese hombre?", cuando él y mi
esposo, Tom, se dieron cuenta de cuál había sido la causa de que el
tráfico avanzara lentamente por la transitada carretera de cinco
carriles. Un hombre yacía tumbado entre los carriles con su bicicleta
sobre él, mientras los vehículos simplemente lo esquivaban y pasaban de
largo. Fred encendió las luces intermitentes de advertencia y bloqueó el
tráfico con su automóvil. Luego él y mi esposo salieron para ayudar al
hombre mal trecho.
Fred
y Tom se involucraron, al igual que el samaritano en la historia de
Jesús en Lucas 10. Ellos también vencieron toda renuencia que pudieran
haber tenido para tenderle la mano a un hombre en peligro. El samaritano
también tuvo que vencer los prejuicios raciales y culturales. Las
personas de las que habríamos esperado ayuda mostraron indiferencia ante
la difícil situación del hombre herido.
Es
fácil encontrar razones para no involucrarse. Nuestras ocupaciones, la
indiferencia y el temor a menudo están al comienzo de la lista. Pero, al
buscar seguir fielmente a nuestro Señor, seremos más y más conscientes
de las oportunidades para mostrar el tipo de compasión que Él mostró.
En
la parábola del buen samaritano, Jesús elogió al hombre que había
actuado por compasión aun cuando hacerlo le era inconveniente, difícil y
costoso. Él nos dijo a nosotros: "Ve, y haz tú lo mismo" (Lucas 10:37)
-CHK
La Verdadera compasión hace trabajar al amor.
Clemente y misericordioso es Jehová. Salmo 111:4.
Gracias a nuestra hermana Andrea por colaborar con nosotros en proporcionarnos tan maravillosos fondos .
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