Aflicción
"“Aflicción y angustia se han apoderado de mí, mas tus mandamientos fueron mi delicia. Justicia eterna son tus testimonios; dame entendimiento y viviré” Salmo 119:143-144"
La aflicción y la angustia para el cristiano son solo cosas de este mundo. El asunto es que no debemos permitir que se apoderen de nosotros. Esto es, que la aflicción y la angustia, no nos lleven de las narices y no podamos ver la guía del Señor porque estamos segados por la angustia o el dolor. Que estos no controlen nuestra vida. Quizás tu pregunta sea: “¿y esto cómo se consigue?”.
En primer lugar aceptando las cosas que nos pasan, por las razones que sean. En segundo lugar pidiendo a Dios fuerzas y sabiduría para salir, porque esta es Su Promesa para sus hijos. En tercer lugar confiando que el Señor lo va a hacer, pues el dice en S. Juan 16:33 “estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz, en el mundo tendréis aflicción, pero confiad yo he vencido al mundo”. En cuarto lugar abre tus ojos a las promesas de Dios que ha cumplido ya, en tu vida, y a las muchas cosas que El ha hecho para ti. No importa lo grande de tus problemas, lo grave de tu angustia, lo triste que te encuentres, en la Palabra de Dios, si eres su hijo, hallarás tu delicia, tu confortamiento.
Los valores humanos pierden su importancia primordial, cuando se confrontan a los eternos designios de Dios. ¿Qué reloj puede medir su tiempo?. ¿Qué calendario puede medir sus días?. Su tiempo sin límites, hace que los problemas de este mundo, sean mas pequeños y las angustias mas cortas, al saber que un día estaremos con El para siempre, disfrutando de gozo sin par. A los que en este mundo sufren por El , Dios les promete una Vida Eterna de disfrute en Su Presencia.
Que alegría será ver a nuestro Salvador, Aquel que un día dio su vida para salvarnos de la condenación; Aquél para quien vivimos ahora. Este pensamiento nos hace ver nuestra gran responsabilidad, pues que diremos al Señor, cuando estemos frente a El, de nuestro tiempo gastado en cosas que no sirven, en cosas propias del mundo o en cosas que solo satisfacen nuestro ego o nuestro orgullo. ¿Qué diremos de las personas que no les hablamos de Cristo?. ¿Presentaremos excusas al que puede leer la verdad en nuestros corazones?.
Cuando entendemos esta realidad y comenzamos a actuar conforme a la voluntad de Dios, entonces nuestra vida cobra verdadero significado, y nos damos cuenta de que eso sí, es vivir.
¡Señor, dame entendimiento y vivirá mi alma!.
Mientras armaba este mensaje comenzo a temblar bien fuerte acá en Chile, pero estoy tranquilo porque Jesús esta a mi lado y me da seguridad.