La senda estrecha
En cierta ocasión previno Dios al pueblo de un terremoto que habría de tragarse el agua de toda la tierra y las aguas, que reemplazarían a las desaparecidas, habrían de enloquecer a todo el mundo. Sólo el profeta tomó en serio a Dios. Transportó hasta su cueva enormes cantidades de agua, de modo que no le faltara el líquido en los dias de su vida.
Y efectivamente se produjo el terremoto. Desparecieron las aguas y una nueva agua llenó los arroyos, los lagos y los ríos. Algunos meses más tarde bajó el profeta de la montaña y en verdad todo el mundo se había vuelto loco. Así el profeta regresó a su cueva en la montaña, contento por haber tenido la precaución de guardar agua.
Pero, a medida que transcurría el tiempo, la soledad se hacía insoportable. Anhelaba tener compañía humana, de modo que descendió de nuevo a la llanura, pero nuevamente fuerechazado por la gente, tan diferente a él.
Entonces el profeta tomó su decisión: tiró el agua que había guardado, bebió del agua nueva y se unió a sus semejantes en su locura.
Donde hay fe hay amor
Donde hay amor hay paz
Donde hay paz esta Dios
Donde está Dios no falta nada
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