LA IRA DE DIOS
"“Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad;” Romanos 1:18 "
Que Dios está enojado con la humanidad, no es ninguna noticia. Que la humanidad se ha rebelado contra su Creador, es una verdad sin discusiones. Que muchos ni siquiera creen en el Creador, también es sabido. Lo cierto es que el hombre esta viviendo las consecuencias de su alejamiento de Dios. Esta pagando en la creación, el precio de sus locos experimentos. Muchas veces Dios se manifiesta con fenómenos naturales, que afectan a la humanidad, que el hombre no puede parar y ante los cuales, siente su impotencia. ¿Quién puede parar la lava del volcán en erupción?, ¿quién puede detener una inundación?, ¿quién puede detener un maremoto?, ¿quién puede detener un tornado?, ¿quién puede detener un huracán?, ¿quién puede detener un terremoto?. ¿Quién puede detener un Tsunami?
Podemos prevenir algunas consecuencias. Podemos dar explicaciones científicas ciertas o no, pero no podemos detenerlos. Los hombres han cambiado “la gloria del Dios incorruptible, en semejanza de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. Por lo cual Dios también los entregó a la inmundicia, en la concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos”. Todo esto refleja una situación caótica, que el hombre no puede, ni sabe resolver.
Las pestes, el hambre, aún en los países llamados ricos, son señales claras de que Dios está enojado. Los sistemas económicos mejor preparados, están naufragando, por la ambición desmedida de los hombres, que por unos pocos dólares son capaces de vender a la madre. Los valores morales son pisoteados todos los días, y la ley de la generalidad, es la que manda... “si todos lo hacen está bien”, después el hombre se queja de las consecuencias de lo que él mismo hizo.
Los hombres detienen con injusticia la verdad. La impunidad es la moneda corriente en los poderosos. Ellos hacen y deshacen, pero se olvidan de Dios. La Biblia dice “todo lo que el hombre sembrare, eso también segará” y también dice: “alcanzarán al impío sus propias iniquidades”. La justicia de Dios llega inexorablemente y aunque el ser humano no lo tenga en cuenta, Dios es, ante quién tendremos que dar cuenta.
¡Señor ayúdame para vivir obedeciéndote!.
GRACIAS A LA HERMANA SILVIA POR EL FONDO
PEDRO PABLO
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