Juan cap. 3: v 1 al v 13
Entre los fariseos había un personaje judío llamado Nicodemo. Este fue de noche a ver a Jesús y le dijo: Rabí, nosotros sabemos que has venido de parte de Dios como maestro, porque nadie puede hacer señales milagrosas como las que tu haces, a no ser que Dios esté con él.
Jesús le contestó: En verdad te digo, nadie puede ver el Reino de Dios si no nace de nuevo, de arriba. Nicodemo le dijo: ¿Cómo renacerá el hombre ya viejo? ¿Quién volverá al seno de su madre para nacer de nuevo?
Jesús le contestó: En verdad te digo, el que no renace del agua y del Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios. Lo que nace de la carne es carne, y lo que nace del Espíritu es espíritu. Por eso no te extrañe de que te haya dicho: necesitan nacer de nuevo, de arriba.
El viento sopla donde quiere y tu oyes su silbido; pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así le sucede al que ha nacido del Espíritu.
Nicodemo volvió a preguntarle: ¿Cómo puede ser esto? Respondió Jesús: Tú eres maestro en Israel, ¿y no entiendes esto? En verdad te digo: nosotros hablamos de lo que sabemos, y venimos a proclamar lo que hemos visto, pero ustedes no hacen caso de nuestro testimonio. Ahora les hablo de cosas de la tierra, y no me creen, ¿cómo me van a creer si les hablo de cosas del cielo?
Sin embargo, nadie ha subido al Cielo, sino el que ha bajado del Cielo: el Hijo del Hombre.
ENSAYO:
La única forma que tiene un cristiano para ver y disfrutar del Reino de Dios es, renaciendo a su condición espiritual en la imagen y semejanza de Dios, empezando por aceptar el bautizo en agua como signo de arrepentimiento de todo lo bueno o malo hecho a su libre albedrío y que le proporcionó algún beneficio material, en el que lejos de haberle dado dicha y felicidad, lo que realmente le ha procurado todo eso, han sido contiendas, frustraciones, miedos, vicios, envidias, ambiciones malsanas, etc. lo que lo ha sumido muchas veces en la desesperación por no entenderlo, ya que si Dios le ha permitido tener lo que tiene, ¿ Por qué no lo ha podido disfrutar en paz y armonía hasta en su propia familia?
Por eso, al recibir conscientemente el bautizo en agua porque conocemos su significado, estamos entrando por el camino recto hacia el Reino de Dios aplanando los cerros enormes que hemos formado en la mente a través del conocimiento y tradiciones religiosas humanas y así no tener barreras ni obstáculos que nos impidan el libre acceso, y cuando en nosotros se avive el interés por cambiar nuestra vida y nuestro corazón, nos iremos sumergiendo poco a poco en el estudio y reflexión de la Palabra de Jesús, y seremos conducidos a su esencia espiritual a través del discernimiento que nos irá siendo dado a través de ello para colocarnos en los tiempos, el orden y el propósito de Dios conforme a la fidelidad mostrada a su voluntad, para recibir en su tiempo, el bautizo en fuego del Espíritu Santo para renacer de nuevo, de arriba.
Cuando se llegue ese momento, nos encontraremos en un lugar especial, ya que estaremos en la frecuencia espiritual de Dios, y la escucharemos claramente sin saber de dónde viene o a dónde va, pero cuando el Espíritu de Dios se pose verdaderamente en nuestra mente, nos sintonizaremos perfectamente en esa frecuencia, y todo lo referente a nuestras vidas vibrará en perfecta armonía en Jesús, reconociendo que el Poder y Sabiduría que Dios depositó en él será lo que fluirá grandemente y con gran intensidad a través de nuestras manos cuando invoquemos su Nombre para pedirle cualquier cosa al Padre, reconociendo también, que todo ese poder que viene de Dios a través de Jesús sólo será otorgado para la honra, gloria y alabanza de Dios en su Trinidad Santa y Perfecta y de ninguna manera para la honra, gloria y alabanza del hombre.
Pero no nos extrañemos de que gente que predica a su libre albedrío la Palabra de Jesús, se pregunte: ¿Cómo puede ser esto? Y a quien le ha sido dada la autoridad por su fidelidad en la enseñanza de Jesús podrá contestar: Tú, que te dices cristiano, ¿no entiendes eso? En verdad te decimos: nosotros hablamos de lo que sabemos y venimos a proclamar lo que hemos visto, pero tu no haces caso de nuestro testimonio, y si después de hablarte de cosas de la tierra no crees en Jesús y en guardar fidelidad a su Palabra, ¿Cómo vas a creer cuando se habla de las cosas que son del Cielo?
Juan cap. 3: v 14 al v 21
Así como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así también es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado en alto, para que todo aquel que crea tenga por él vida eterna.
Tanto amó Dios al mundo que entregó su Hijo único, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.
Dios no mandó a su Hijo a este mundo para condenar al mundo, sino que por él ha de salvarse el mundo. El que cree en él no se pierde; pero el que no cree ya se ha condenado, por no creerle al Hijo único de Dios.
La luz vino al mundo, y los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas: ahí está la condenación. El que obra mal, odia la luz y no viene a la luz, no sea que su maldad sea descubierta y condenada. En cambio, el que camina en la verdad busca la luz para que se vea claramente que sus obras son hechas según Dios.
ENSAYO:
Este evento que se llevó a cabo en cosas del mundo y anunciado en el Antiguo Testamento y que Jesús nos hace recordar, es para que veamos la semejanza que este relato guarda con él, ya que por el amor sin límites que el Padre tiene por el hombre, fue que envió a su Hijo Jesús para salvar al hombre de la condenación a la que su soberbia lo conduce, ya que éste se ha dejado seducir por enseñanzas y mandatos de hombre y a ser dependientes de sus fuerzas finitas, lo que lo ha conducido a ser esclavo de las tradiciones religiosas y del materialismo dominantes en este mundo, lo que lo ha sumido en las oscuras tinieblas de la ignorancia de Dios y del verdadero conocimiento de haber sido hecho a la imagen y semejanza de Dios.
Pero Jesús vino como radiante luz para iluminar nuestras mentes y recuperar esa identidad en Dios para colocarnos en los tiempos, en su orden y en su propósito, reconociendo que todo lo que hemos hecho hasta ahora se ha dado en el tiempo, en el orden y el propósito de hombre para el mismo hombre, y todo aquel que dice que está cumpliendo un ministerio cristiano y sigue actuando de esa manera, deberá reconocer que sus obras se han hecho según su voluntad y no según la voluntad de Dios, por lo que sin duda están disfrazados de ovejas cuando en realidad no lo son, eso con el fin de que su maldad no sea descubierta. En cambio, aquel que desea reencontrar su verdadera identidad en Dios buscará la Luz a través de guardar fidelidad a Jesús y su Palabra para que se vea claramente que sus obras son hechas de acuerdo a la voluntad de Dios.
Juan cap. 3: v 22 al v 3
Después de esto, Jesús se fue con sus discípulos a Judea. Allí estuvo algún tiempo junto con ellos y comenzó a bautizar. Juan también bautizaba en Enón, cerca de Salín, porque allí había mucha agua; la gente venía y se hacía bautizar. Era el tiempo en que Juan todavía no había sido encarcelado.
De ahí vino que los discípulos de Juan discutieran un día con un judío acerca del bautismo. Fueron donde Juan y le dijeron: Maestro, el que estaba contigo al otro lado del Jordán, y en cuyo favor hablaste, se ha puesto también a bautizar, y todos van donde él.
Juan respondió: Nadie puede atribuirse nada, sino lo que le ha sido dado por Dios. Ustedes mismos saben muy bien que yo dije: Yo no soy el Mesías, sino que me mandaron delante de él.
Alguien tiene la novia y es el novio, pero el padrino del novio está a su lado y se alegra con solo oír la voz del novio. Por eso mi alegría es perfecta. Es necesario que él crezca y que yo disminuya.
ENSAYO:
A su debido tiempo seremos enviados a bautizar a todo aquel que quiera cambiar su vida y su corazón, anunciándoles que el Reino de Dios se ha acercado a ellos, pero no faltará a quien le cause extrañeza el que cumplamos con este ministerio y vayan con quien ellos creen que tiene esa autoridad y le digan: Ministro del Señor, ese que estuvo congregándose contigo y en cuyo favor hablaste, se ha puesto también a bautizar y muchos van donde él.
Si ese ministro responde que nadie puede atribuirse nada en lo espiritual, sino lo que le haya sido dado por Dios y no por el hombre, ese será un verdadero discípulo de Jesús, y seguirá diciendo convencido de la verdad de la Palabra de Jesús, como Palabra de Dios, que él no es más que un ministro que está para servir y no para ser servido, y que como él muchos serán enviados delante de Jesús para hacerlo enseñando a guardar y cumplir fielmente la Palabra de Jesús como la voluntad de Dios y no a la palabra de hombre en las cosas de Dios, porque la Sabiduría infinita de Dios nunca podrá ser comparada con la sabiduría finita de hombre.
Juan cap. 3: v 31 al v 36
El que viene de lo alto es superior a todos. Si alguien viene de la tierra, no es más que hombre terrenal y sus palabras también vienen de la tierra. Hay otro que viene del Cielo; éste da testimonio de lo que allá ha visto y oído, y nadie le hace caso. Pero hacer caso de su testimonio es como firmar que Dios dice la verdad.
Este fue enviado por Dios y dice las palabras de Dios que le comunica el Espíritu sin medida. El Padre ama al Hijo y pone todas las cosas en sus manos. El que cree al Hijo vive de vida eterna; pero el que se niega a creer no conocerá la vida, siendo merecedor de la cólera de Dios.
ENSAYO:
El poder que viene de lo alto es superior al poder de reyes y gobernantes o líderes religiosos. De estos últimos, muchísimos amparan su poder con sus conocimientos de humana sabiduría aplicando el concepto de lo bueno y lo malo según su conveniencia para obtener beneficios materiales y de identidad, haciendo creer en sus seguidores, que lo que ellos hacen y predican es en el beneficio de todos, y que si se mantienen obedientes a sus normas como la voluntad de Dios gozarán de los mismos beneficios de los que ellos gozan.
Pero la verdad, es que esa prosperidad anunciada nunca llega, aunque muchos la crean estar recibiendo en forma mínima, y se aferran a pensar que algún día ésta llegará, y va pasando el tiempo sin que realmente suceda eso. .
Todo esto se da porque hemos permitido ser mantenidos en la ignorancia acerca de la verdadera autoridad que viene de Dios, y creemos, o se nos hace creer, que esa autoridad que el hombre manifiesta tener viene de Dios aunque no guarden ni enseñen a cumplir con fidelidad la Palabra de Jesús.
Los verdaderos discípulos de Jesús han nacido de nuevo, de arriba, y dan testimonio de lo que ahí han visto y oído guardando fidelidad a Jesús y a su enseñanza, y aquellos que hacen caso de su testimonio es como si estamparan su firma en un documento celestial reconociendo que Dios dice la verdad. Estos son los verdaderos enviados de Dios con el poder y la autoridad que el Padre depositó en Jesús, porque dicen las palabras de Dios que el Espíritu les comunica sin medida, y las guardan, y las ponen por obra, y así mismo las enseñan a cumplir para mostrarse obedientes a la voluntad de Dios por amor, con verdadera fe y no por miedo a las amenazas que el hombre profiere en el Nombre de Dios. Si lo hacemos por amor, fluirá grandemente el poder y la autoridad que Dios otorgó a Jesús para poner todas las cosas en sus manos, y él, a su vez, las pone en las manos de sus verdaderos discípulos, por eso el que cree en Jesús y en su Palabra vive de vida eterna, pero el que se niega a creer no conocerá la vida y seguirá viviendo en la cólera de Dios.