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General: Una historia verdadera Parte 27
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De: Hermano Cristiano  (Mensaje original) Enviado: 01/01/2015 21:30

Parte 27

En la recepción, me atreví a demostrarle mi amor a mi esposa delante de todos, cantándole, acompañado de la orquesta que amenizaba el baile dos canciones que hablaban por mi de ese amor por ella que había florecido con el tiempo, y que ahora, con nuestra unión crecería irremediable te a través de los años venideros. Posteriormente, después de la recepción, su papá hizo que uno de sus coches nos llevara a la ciudad de Puebla, ciudad en la que comenzaríamos nuestra luna de miel.

Llegamos en la madrugada al hotel en que nos hospedaríamos en Puebla. Todos chiveados y nerviosos pedimos una habitación, y ya dentro de ella nos dispusimos a dormir, pero no podíamos hacerlo por quien sabe que razón, pero para no hacerles el cuento más largo, les platico que al día siguiente en la mañana, que hablo a la recepción para pedir un litro de leche y dos cocteles de camarones, ¡qué indiscreción tan indiscreta! ¿No creen? bueno, pues salimos ese día a recorrer un poquito la ciudad ya que nuestro hotel se encontraba precisamente en el centro de ella, al otro día partimos con destino a la ciudad de México para proseguir hasta Guadalajara con nuestra luna de miel.

Llegamos a la ciudad de México y luego, luego que compro los boletos, (que todavía aún conservamos) para irnos a Guadalajara dos días después de nuestra llegada, ya que iba yo a llevar a pastorear a mi chaparrita para que conociera algunos lugares de la gran ciudad y a comprarnos algunos trapitos, así lo hicimos, y por supuesto que yo me sentía el papá de los pollitos al poder comprarle a mi esposa todo lo que a ella le gustara, sin tomar demasiado en cuenta que mi papacito me había refaccionado con un buen dinerito para que me completara y fuera suficiente para los gastos de nuestro viaje de bodas; nuestro entusiasmo era tan grande, que para que se den una idea de ello compramos unos discos sin tener donde escucharlos, con la esperanza de que algún día tuviéramos donde hacerlo.

Continuábamos con los planes para nuestra vida futura en la que yo tenía la responsabilidad de que esos planes se volvieran realidad, por lo que tenía que echarle muchas ganas en mi trabajo como chafirete del Servicio Urbano.

Que se llega el tiempo en que deberíamos tomar el autobús que nos llevaría a Guadalajara, pero como a mi chaparrita le continuaban los dolores en la cintura, nos vimos obligados a cancelar el viaje para que ella no tuviera la necesidad de soportar con dolores ese viaje, y así, prolongamos nuestra estancia en la Ciudad de México, yendo y viniendo de los paseos al hotel y del hotel a los paseos, y en verdad que era agotador, tanto, que me vi en la necesidad de comprarme un tónico vitamínico restaurador que se llamaba Quina Laroche Vitaminado para no verme flaco, cansado y sin ilusiones, sino todo lo contrario para poder seguir con el ritmo novedoso de unos recién casados.

Cuando pasó poco más de una semana, decidimos dar por terminada nuestra luna de miel, así que nos regresamos, primero, a la casa de los padres de mi esposa para quitarles toda preocupación por el mal que le aquejaba, y lo que vieron yo creo que los sorprendió, porque vieron a su hijita muy repuesta y hasta con chapitas como la hormiguita, y en cambio yo, a pesar del tónico que estaba tomando me veía pálido y desencajado, yo creo que por lo cansado del viaje. ¿O no?

Pasamos unos dos o tres días mas con ellos y nos venimos a Xalapa donde viviríamos, y, ahora si, a darle la cara a la realidad. Para esto mi suegro me había preguntado si ya teníamos donde vivir y yo le dije que sí, pensando en que mi papi me había dicho que viviéramos en su casa el tiempo necesario para poder encontrar con calma donde vivir solos mi chaparrita y yo, pero no contaba conque ella no pensaba pasar ni un solo día en la casa de mis padres, por lo que tuve que buscar, casi en el instante en que llegamos a la casa de mis padres, donde vivir solos mi amorcito y yo.

Afortunadamente unos meses antes de casarnos, adquirí una recámara matrimonial, un sofá individual y un sofá tipo estudio, con lo que teníamos lo esencial para empezar a amueblar una casita, así las cosas, que dejo platicando a mi esposa con mis papás de las cosas que pasamos en nuestro viaje de bodas, y que me salgo raudo y veloz cual saeta a buscar nuestro nidito de amor y para mi fortuna, que lo encuentro mas rápido que inmediatamente a dos cuadras de la casa de mis viejos.

Que convenimos la casera y yo en el costo de la renta mensual; que doy el depósito y que me regreso otra vez raudo y veloz cual saeta a comunicarle a mi impaciente mujercita que pasaríamos en ese momento nuestros muebles a la casita que ya había rentado para nosotros.

En ese momento, que consigo, que un cuate mío propietario de una camioneta de batea, nos ayudara a cambiar de casa los muebles, y ya de por "ai" mi papá me regaló una mesa de madera y 4 sillas de barrotitos preciosas. Nos cambiamos y desde la primera tarde y la primera noche juntos en Xalapa, la pasamos, como ella quería, en nuestra propia residencia.



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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: Dios es mi paz Enviado: 04/01/2015 00:57



Felices sueños, Dios te bendiga, Araceli


 
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