Comprendí que si bien esta no era una palabra de fortaleza, algo había que Él quería decirme, así que comencé a escudriñar mi Biblia a medida que iba recibiendo otros textos que venían a mi mente y voy en este momento a compartirlos en esta reflexión, porque seguramente también Dios te hablará a ti cuando la leas.
La primer parte del texto dice: Dad gracias en todo.
Es muy sencillo dar gracias a Dios en tiempos de bonanza, prosperidad, y salud.
Yo no estaba en un momento así, comencé a meditar en estas cuatro palabritas.
Recordé entonces: Lucas 17-11/17: diez leprosos fueron sanados y enviados a mostrar al sacerdote que estaban limpios, solamente uno de ellos volvió a darle gracias.
Somos realmente hijos agradecidos como el que volvió? No quisiera estar entre los nueve. La segunda parte del texto nos enseña algo que no podemos olvidar:
porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.
Dios quiere hijos agradecidos, esa es su voluntad para nosotros. Su voluntad es que vivamos en acción de gracias, y nos aclara específicamente, en todo.
Hoy necesito fuerzas pensé, vino a mi corazón
Filipenses 4-6
Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.
Fue entonces cuando comencé a entender, si nos centramos en lo que nos ocurre, no seremos fortalecidos porque nos afanamos en pensar en nuestro dolor, en estar tristes, en lo que nos provocará más angustia.
Leímos en 1º Tesalonicenses que la voluntad de Dios es que seamos agradecidos, esta porción de la Palabra nos dice que elevemos peticiones y oración a Dios, lo que debe ir acompañado de acción de gracias, confíando en que Dios nos ama y nos alcanzará su oportuno socorro y fortaleza.
Dios te bendiga abundantemente en este día.
Araceli