¡
PARECE MENTIRA QUE…!
(Lc.4,21-30)
Querid@s amig@s,
El pueblo vecino está de fiesta y sus habitantes sacan al
aire su voz para cantarle y su pecho para presumir del paisano que tienen. Por
todas las aldeas de alrededor se habla de él y la gente no tiene más que
alabanzas para el paisano Nazareno
Jesús se acerca hoy a Nazaret. Desde la escena de su
bautismo, y la confirmación por el Padre, ha estado ejerciendo de Mesías,
cumpliendo su misión de “anunciar a los pobres la Buena noticia, de liberar a
los oprimidos y de abrir los ojos a los ciegos” Hoy vuelve a su pueblo donde pasará la noche y en la mañana del Sabat
irá a la sinagoga con toda la comunidad
judía. Se
ha corrido la voz por todo el pueblo y están ávidos de ver a su paisano, Jesús,
y de ser testigos directos de alguna de esa acciones portentosas que, dicen,
está haciendo por las cercanías. La gente no ha dormido y salen a las puertas y
ventanas para ver si ya se ha levantado. Ahora se lo encontrarán en la Sinagoga, ¡Qué alegría!
Algunos ya están promoviendo el turismo en el pueblo y será un éxito la fama de
sanador que corre por todos los sitios.” ¡Parece
mentira que sea nuestro paisano y el
hijo del carpintero…!” El entusiasmo y la alegría se desbordan por doquier
y hoy nadie se ha quedado en casa.
Todos, incluidos reacios e indiferentes, sin contar los
enfermos que naturalmente lo esperan todo de él.
Ya ha comenzado el culto en
la sinagoga y en el momento oportuno, Jesús se levanta voluntario para
hacer la lectura para la comunidad, el presidente de le entrega un rollo de
pergamino, el del profeta Isaías donde El halla el pasaje en que estaba
escrito: “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar El
Evangelio a los Pobres. Me ha enviado para proclamar liberación a los oprimidos y la vista a los
ciegos y proclamar un año de gracia del Señor”.Enrollando el pergamino
lo devolvió y se sentó al tiempo que proclamaba:” “Esta
escritura que acabáis de oír se ha cumplido hoy.”
Le escuchan, se miran unos a otros sin perder palabra y sus
rostros van cambiando de expresión. El auditorio se ha ido poniendo serio y no
entienden nada, pero se les nota que nada les está gustando el sermón. Con sus
últimas palabras ,Jesús, le ha puesto las cartas boca arriba: El es el Mesías prometido y anunciado
por los profetas y les está pidiendo adhesión (autenticidad en la fe). Aquí
comienza el problema entre Jesús y su paisanos. ¿Qué harán? Dos opciones
tienen: Creerán en El o le rechazarán. El les pide fe. Ellos le ponen un precio y exigen
milagros.
Este es el perfil
típico de las personas que conocemos a Jesús y su historia y
estas las
opciones que nos quedan. Discípulo de Jesús no es cualquiera que lleva unas
velas a la iglesia cercana, ni el que confunde a Ese Nazareno con el cajón de
desastre que llena su rutina o mediocridad. “Haz signos y creeremos”.
Se nos llena la boca para exigir una calidad
de vida ¿NO TIENE DIOS DERECHO A EXIGIR CALIDAD DE FE CRISTIANA?
¿