LA LEYENDA SOBRE EL JACINTO
Jacinto: Es el nombre de una flor a la que por su belleza los griegos le tejieron una hermosa leyenda. Su nombre original es uakinqoV (hyákinzos). Probablemente arranca la leyenda del propio nombre de la flor. Una etimología popular tan antigua como las mitologías, explica que la palabra está formada por anqoV (ánzos), que significa flor más la exclamación "ay" o "ya", que además dicen que está escrita en la flor.
Dice la leyenda que Jacinto era un héroe laconio, hijo de Amiclas y Diomedes (según otros, de Ébalo y de la musa Clío). El dios Apolo se enamoró del bellísimo Jacinto. Un día, jugando ambos a lanzar el disco, Apolo hirió al joven involuntariamente. El dios, no estando dispuesto a verle morir, le concedió la inmortalidad convirtiéndolo en flor (este mito se interpretó para adoctrinar sobre lo peligroso que es el ardor del sol -Apolo- para las plantas jóvenes). Es una flor ornamental muy apreciada, de color azul, blanco o rosa (se han obtenido más de dos mil variedades distintas). Los griegos la consagraron a Deméter, la diosa madre. En consonancia con la leyenda de la flor, los griegos dieron también el nombre de jacinto a una piedra preciosa muy estimada. La variedad jacinto de Compostela es de cuarzo cristalizado, de color rojo sangre, en línea con el mito.
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