الصفحة الرئيسية  |  إتصال  

البريد الإلكتروني

كلمة السر:

سجّل نفسك الآن

هل نسيت كلمتك السر؟

AMISTADES DE 40 EN ADELANTE DE ODALISCA Y SUS AMIGOS
 
مستجدات
  أدخل الآن
  جدول الرسائل 
  معرض الصور 
 الملفات والوتائق 
 الإحصاء والنص 
  قائمة المشاركين
 NUEVA SALA DE CHAT 
 ************************ 
 Chat Emergencias 
 Regalitos 
 Firmas de Angie 
 *********************** 
 ♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪ 
 ♪Odalisca Chat Radio♪ 
 ♪Llenemos el AutoDj♪ 
 ♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪ 
 GRACIAS AMIGOS POR ESTAR ACA 
 IMAGENES 
 Deja tu Poema 
 Frases 
 Reflexiones 
 Cartas de Amor 
 Adornos para tus mail 
 Envia postales 
 MENSAJES PARA RESPONDER 
 CREA TU PROPIO MENSAJE 
 GIFS Animados 
 Artemisa y Sus Firmas 
 Juegos de Sussy 
 Cositas de Serenidad 
 Rozel y sus Relatos 
 MUSICA 
 ҳ̸Ҳ̸ҳ_ⓒⓐⓡⓐⓒⓣⓔⓡⓔⓢ_ҳ̸Ҳ̸ҳ 
 
 
  أدوات
 
General: Las frutas y los niños
إختار ملف آخر للرسائل
الفقرة السابقة  الفقرة التالية
جواب  رسائل 1 من 1 في الفقرة 
من: anidar  (الرسالة الأصلية) مبعوث: 23/04/2010 08:59

Acercar las frutas a la dieta infantil

Se debe proporcionar a los niños piezas de calidad para evitar que abandonen el hábito de consumir fruta

Twittéalo

Las frutas en la dieta infantil suponen un extraordinario aporte de vitaminas, antioxidantes y agua, con apenas 60-80 calorías por pieza. Elegirlas significa también descartar otras opciones y, si se calcula que una unidad de bolleríacontiene 250 calorías, compuestas sobre todo de azúcares y grasas, la selección es sana. Conocidas sus ventajas, el éxito es lograr que se escojan desde la voluntad y con satisfacción. Se puede conseguir. Hay diferentes fórmulas para conquistar el paladar de los pequeños.

  • Por MAITE ZUDAIRE
  • 16 de abril de 2010

Fruta de calidad y de temporada

- Imagen: Tiffany Washko -

La fruta es el segundo alimento, a continuación de la leche, que saborea el paladar infantil. En general, logra un alto grado de aceptación. Sin embargo, cuando la dieta comienza a diversificarse con otros alimentos, la celebración con que se recibía la papilla empieza a desaparecer. ¿Cómo lograr mantener el gusto? No hay trucos, pero sí algunas pautas.

Conforme el pediatra indica la introducción de nuevos alimentos, la ingesta de fruta será menor. Los 200 gramos de papilla que era capaz de comer el niño en la merienda, ya no sólo se suman a la leche, sino que se añaden a alimentos más saciantes y complejos. Por eso, no hay que insistir en que el niño coma la misma cantidad, pero no debe abandonar el hábito de merendar siempre fruta, aunque sea un trozo o una pieza pequeña, o bien antes de un bocadillo. Ésta es la primera pauta.

Un aliado importante para establecer el hábito con gusto es ofrecer siempre piezas de calidad, con buena presencia, buen color, buen sabor y en su momento justo de maduración. Lo más eficaz es escoger fruta de temporada. Será más probable que coma una sandía fresca, un melocotón perfumado, una mandarina tersa, un plátano uniforme o unas cerezas sin golpes. No es una cuestión baladí. Un mal recuerdo relacionado con la ingesta de una fruta provoca un fuerte rechazo que, además, se amplía a otras frutas de la misma familia. Si hay una mala experiencia con un melocotón, el recuerdo abarca a los albaricoques y las nectarinas.

Sabor, textura y aroma

Un estudio de la Universidad de Vigo sobre la percepción de sabores en la edad, dirigido por González Carnero, apunta que el paladar infantil alcanza pronto la madurez. Aunque el niño no sepa distinguir el nombre de los sabores, es capaz de discriminarlos. Entre ellos, el dulce es el más inmediato, el más básico. Por ello, cuando otro sabor dulce supera al de la fruta, se tiende a identificar ambas percepciones y justificar una elección. Es habitual que se abandone la fruta. Para evitarlo, conviene dotar a la pieza de personalidad propia. Si hay que elegir, ambas opciones serán frutas.

El paladar infantil es capaz de discriminar los sabores, aunque el niño no sepa distinguir sus nombres

Otra pauta importante es acertar con el modo de presentación. A algunos niños les gustan las frutas solas, mientras que otros las prefieren en macedonia, en trozos, peladas o sin pelar. La manera en que se tome la fruta no es determinante, pero no se debe considerar un zumo como una fruta y, mucho menos, si no es natural. La forma de presentación puede ser el factor que marque la diferencia entre la apetencia o inapetencia del niño por la fruta. Éste es el caso de una coloridamacedonia, un suculento crepe con hilos de chocolate, la compota, las frutas gelatinizadas o en granizados y los polos de sabores.

Las frutas también pueden ser los ingredientes más llamativos de diversidad de recetas que conforman el menú, como ensaladasguarnición de segundos platos e, incluso, de recetas más complejas y energéticas para deleitarse en días especiales, como tartastartaletasflanes y un largo listado que forma parte del recetario de postres de CONSUMER EROSKI.

El color es tan apetecible como la textura, si está en su punto, ¿pero qué sucede con el aroma? Es el rasgo al que menos importancia se da, a pesar de formar parte del conjunto. La fruta apenas desprende aroma: lo ha perdido en el proceso de recogida y distribución y, el olor que conservaba, lo pierde en el almacenaje. Pero de un aroma neutro la pieza puede pasar a un aroma contagiado y estropearse. Por eso, hay que guardar la fruta en la bandeja inferior del frigorífico o en un recipiente en el exterior, en un lugar fresco y protegido de la luz solar directa.

HASTA DIEZ VECES

En su libro "Niños, a comer. Evita la obesidad del niño y adolescente", la doctora especialista en alimentación infantil Marta Garaulet indica que pueden ser necesarios hasta diez intentos para que el paladar acepte un nuevo sabor o una nueva textura. Por ello, invita a los progenitores a aplicar la "regla del 10", ya que los niños no aceptan de forma natural los nuevos sabores y alimentos, sino que necesitan tomarlos en repetidas ocasiones antes de admitirlos en su alimentación.

Pueden ser necesarios hasta diez intentos para que los pequeños acepten un nuevo sabor o una nueva textura

Hay que perseverar porque el esfuerzo merece la pena. El gusto se forma y hay etapas en las que es más fácil lograr el éxito. Organizar la comida familiar para que sea sana es difícil, asegura Garaulet, pero la fase de aprendizaje, entre los dos y los cinco años de edad, es el momento idónea para la adquisición de hábitos y la fruta, la verdura y el pescado "deben estar presentes para que los pequeños comprueben que es bueno comer de todo".

Admite que todas las personas saben qué deben hacer, pero "lo difícil es adivinar cómo conseguirlo". En ocasiones, se requiere que el niño pruebe el nuevo alimento de 5 a 10 veces para que acepte el nuevo sabor, pero no hay que desistir en el intento. Si el pequeño se acostumbra a comer nuevos sabores desde edades tempranas, sobre todo frutas y verduras, comerá de manera adecuada en el futuro y mantendrá un peso corporal equilibrado.



أول  سابق  بدون إجابة  لاحق   آخر  

 
©2024 - Gabitos - كل الحقوق محفوظة