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De: anidar (Mensaje original) |
Enviado: 24/04/2010 08:12 |
Pensamiento del 24/04/2010.
"Cuando os sintáis irritados o tristes, no os quedéis ahí dándole vueltas al asunto sin hacer nada. Salid, id a caminar, y cuando caminéis decíos: «Cuando llegue a aquel árbol de allí (o a esa pared, o a otra señal), estaré libre de este malestar». Aproximaos a ellos con la certeza de que vais a liberaros totalmente. Al llegar al lugar fijado, sentiréis una iluminación, un alivio. Si la mejora es insuficiente, volved a empezar eligiendo otra señal, más lejos, y afirmad con fuerza que ahí desaparecerá vuestro mal por completo. Continuad así hasta que sintáis una verdadera liberación Cualesquiera que sean vuestros estados negativos, lo esencial es no quedarse impasibles. No hay nada peor que la pasividad."
Omraam Mikhaël Aïvanhov
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Efectivamente, el ejercicio físico consigue apartarnos de situaciones o momentos sombríos, dadas porque hemos acumulado demasiada tensión, los problemas se nos han amontonado por causas ajenas a nuestra voluntad, y llevamos muchas horas en el mismo sitio, manteniendo una actitud pasiva desde el punto de vista físico. No es necesario entonces marcarse objetivos para caminar, hacer footing, montar en bicicleta, nadar o practicar deporte en compañía, decir hasta aquí llego o tanto tiempo estoy moviéndome, aunque con la costumbre sabemos lo que nos basta, lo que necesitamos para desconectar, refrescar nuestra mente y olvidarnos de los problemas y la tensión pasada.
Yo soy un asiduo practicante de este método para superar tensiones, según la hora del día, mis prácticas deportivas anteriores, el estado del tiempo atmosférico o mi gusto particular, elijo alguna de esas vías de escape. También esto es posible y, resulta quizás más fácil, por la circunstancias de vivir en un pueblo grande, que tiene instalaciones deportivas, el campo al lado y lugares donde pasear tranquilamente con sólo salir de casa. Creo que se llaman endorfinas las sustancias que segrega el organismo cuando hacemos ejercicio físico, sustancias que nos reportan bienestar y sensación de paz; de hecho, yo cuando vuelvo de una salida en bicicleta por los caminos que parten del pueblo, después de una hora u hora y media entre cultivos, pinares, monte, hermosos paisajes y dilatados horizontes que relajan la vista, vuelvo completamente nuevo, fresco de mente y espíritu, con nuevas ideas y pensamientos que han ido surgiendo, mientras pedaleaba respirando el aire limpio, oyendo las aves silvestres y sintiendo la caricia del sol en la cara. Especialmente ahora, cuando la primavera en España despliega, con la ayuda de las grandes lluvias de los días pasados, su sorprendente y embriagador esplendor.
Pero también existe otra tristeza o irritación, amigo Anidar, que no nos pide movimiento, sino quieta soledad, descanso, quedarnos tumbados y despiertos sobre la cama, o sentados en un sillón en el patio, solos, para calmar el torbellino de nuestros pensamientos, el agobio de las discusiones y las querellas, los muchos ruidos molestos que hemos soportado. Quedarnos en silencio quietos solo con nosotros mismos, hasta encontrar la paz y el momento óptimo para iniciar otra actividad física o intelectual.
![](http://lasdietas.net/wp-content/uploads/2007/10/dieta-deportistas.jpg)
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De: anidar |
Enviado: 25/04/2010 00:03 |
Tienes razón, a veces hay que tumbarse y descansar, pero si lo elegimos como algo que hay que hacer ya no es pasividad en el sentido de no tomar una decisión, a veces hay que decidir no hacer nada y esa decisión es activa aunque no nos movamos. Cuando hay mucho ruido producido por nuestros propios pensamientos lo mejor es acostarse boca arriba o sentarse en una silla con la espalda y el cuello derechos, las piernas separadas, las manos con las palmas hacia abajo sobre los muslos cerca de las rodillas, cerrar los ojos y empezar una serie de respiraciones lentas y profundas por la nariz, se lleva la atención a la nariz y se ve con los ojos de la mente como entra y sale el aire muy despacio, de esa forma, después de tres respiraciones diafragmáticas se consigue la relajación del cuerpo y la de la mente, se inspira muy despacito y muy profundamente, y cuando ya no se puede inspirar más se saca el aire a continuación también muy despacio. Unas siete respiraciones de este tipo nos relaja.
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