Palabras de Paz y de Verdad
Fueron enviadas cartas a todos los judíos… con palabras de paz y de verdad.
Ester 9:30.
Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
Juan 14:6.
La hermosa expresión: “Palabras de paz y de verdad” se refiere a lo que Mardoqueo escribió a sus compatriotas judíos durante el reinado del rey persa Asuero. También se aplica a las enseñanzas de Jesucristo, como las hallamos en los cuatro evangelios del Nuevo Testamento.
En el Señor Jesús no había odio ni envidia, estaba libre de todo ello. Por eso pudo decir a sus discípulos: “La paz os dejo, mi paz os doy” (Juan 14:27). Con esto él pensaba primeramente en la paz para sus conciencias, pero también en la paz para sus corazones. A ese respecto el Señor quería dar su propia paz, de la cual él mismo gozó diariamente mientras anduvo en esta tierra.
Esta paz tiene una cualidad especial, porque Él agregó: “Yo no os la doy como el mundo la da”. Basta una mirada al mundo para comprobar la falta de paz. Jesucristo, en cambio, rebosaba de paz, de una constante tranquilidad interior en su inalterable comunión con su Dios y Padre. Sus discípulos pueden conocer semejante paz y gozar de ella.
Esta paz está basada en la verdad. En el Señor no había falsedad ni mentira: “Yo soy… la verdad” (Juan 14:6). Nadie puede discutir esta reivindicación. Nosotros, al contrario, con frecuencia no decimos la verdad y no somos tan meticulosos a ese respecto. Nos hace bien pensar cuán diferente era Jesús en esto.