Rubens nos habla en su poesía de una pasión amorosa en la que se introduce la separación voluntaria, para comprobar la calidad o intensidad del sentimiento amoroso. Serenidad nos ofrece una reflexión sobre la perseverancia ¿debemos entenderla como ligada o relacionada con el sentimiento amoroso? Sí podemos o extendernos en razonar el concepto, matizarlo, explicarlo, interpretarlo.
Realmente la perseverancia se acomoda bien con el amor, como con otras facetas de la vida: el estudio, el trabajo, la familia, la religión...La perseverancia está unida a la voluntad y la claridad de ideas, de objetivos, de horizontes; porque es difícil perseverar en algo sobre lo que tenemos dudas, desconocimiento o no nos safisface plenamente.
Necesitamos la perseverancia, tenemos que alabar esa cualidad, pues sin ella difícilmente alcanzaremos los objetivos soñados, si la olvidamos podemos apartarnos del camino correcto, el que nos reporta las más hondas satisfacciones.
Pero quizás suene pesada a veces esa palabra tan larga, perseverancia, ocurre en algunas ocasiones que nos obcecamos en perseguir metas que no nos corresponden, perseveramos tras un sueño inducido no ajustado a nuestra realidad, y entonces la perseverancia nos provoca sufrimiento. Sufrimiento que desaparece cuando dejamos de correr forzados tras algo que, en el fondo, no deseamos.