Tus hijos son tu espejo
Jolette discutía con Aníbal "¡Ya no te quiero! Eres insoportable".Mientras discutían acaloradamente, la pequeña Luna María permanecía a laspuertas de la habitación, contemplando la escena. Después, se retiró solita,callada y pensativa a su cuarto.
Notaron su presencia, pero no le hicieron mucho caso.
Minutos después, Jolette fue a buscar a su pequeña de 4 años. Ella y Aníbal lallevarían a pasear. Grande fue su sorpresa, cuando vio que Luna María jugaba con
Barbie y Ken a las peleas. Ken jalaba de los pelos a Barbie e imitaba las vocesde los dos peleando.
"¡Por qué juegas tan feo!" -Le dijo Jolette- "Juega más bonito. Que Ken agarre a besitos a Barbie y le diga que la quiere mucho. Vamos a pasear ¿Te gusta la idea?"
"¡Si mamita!" -Respondió alegre la pequeña Luna-
Era sábado y aún era de día. Salieron a caminar por la Alameda, en pleno Centro de la Ciudad de México. Mientras ambos estaban sentados en una banca del parque y la pequeña Luna María jugaba con otros niños cerca de la fuente, platicaban de su hija.
"Me preocupa Luna María" -Decía Aníbal-
"¿Por qué amor?" -Respondió intrigada Jolette-
"Se ha vuelto muy violenta. Juega muy feo con sus muñecos. Y constantemente pelea con los niños ¿A que crees que se deba?".
"No lo se" -Dijo Jolette- "Esta vez la sorprendí nuevamente jugando con Barbie a las peleas ¿Crees que la debamos llevar con un Psicólogo?".
"¡Es muy pequeña!" -respondió Aníbal- "Pero si sigue así, tendremos que hacerlo".
Llamaron a la pequeña Luna María. Se despidió de sus amiguitos.
La familia continuó caminando cerca del Palacio de Bellas Artes, cuando observaron a una
enorme muchedumbre escuchando a alguien.
"¿Quién será?" -Preguntó curiosa Jolette-
"Debe ser alguno de esos hombres ociosos que hablan contra el gobierno y después pasan a pedir dinero" -Respondió Aníbal-
"No lo creo" -insistió Jolette- "He visto a esos charlatanes hablar. Pero nunca había visto tal concentración de gente".
"Acerquémonos entonces" -le dijo Aníbal-
Jolette, en su curiosidad de mujer, le preguntó a un anciano que estaba en la muchedumbre quien era esa persona y de que hablaba.
"Es el profesor Zandoná" -le contestó el anciano- "es un sabio de la India que acaba de llegar a México.
Habla acerca de los problemas y como resolverlos.
Es tan simple su forma de ver la vida, que nos tiene intrigados. Me ha servido mucho escucharlo."
Se acercaron más para ver mejor quien era el profesor Zandoná.
Tenía una presencia misteriosa. Vestía una indumentaria color naranja y tenía una barba larga y bien cuidada.
Era muy delgado. Lo más curioso es que era un hombre sin edad.
No sabías si tenía 30 o 50 años. Su sola presencia transmitía sabiduría. Hablaba español con mucha claridad.
Aníbal y Jolette lo escucharon por unos minutos. Quedaron fascinados. Tocó temas como la depresión y relación de pareja.
En eso, a Aníbal se le ocurrió una idea "Le voy a preguntar acerca de Luna María, así, me ahorro llevarla al Psicólogo", pensó.
Alzó la mano. Jolette volteó sorprendida y le dijo: "¿Qué piensas hacer?"
"Nada amor" -Sonrió Aníbal
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