A veces me encuentro muy cansado, noto que me cuesta caminar,
seguir la cotidiana carrera de los demás, porque tú vas agarrada a mi espalda, a mi pecho, te siento dentro de mi pausando el ritmo de los ritos sociales. Me cuesta charlar y charlar interminables minutos de vaguedades, de tópicos y convenciones, me canso y hasta lo notan, porque te siento a ti mirándome, sonriendo por lo que digo.
La gente se sorprende que yendo solo no los mire como solitario, y es que no saben que voy contigo hablando.
¿Tristeza, rechazo, no querer llegar a casa después del largo día? tú estás deseando verme solo, mientras ceno, mientras navego por internet, mientras leo en la cama, mientras medito en la penumbra de la habitación con la mirada perdida antes de sucumbir al sueño, para mirarme cómplice y dulcemente, para susurrarme tiernas y amorosas palabras.. Aún en los sueños nos fundimos más y más, como si fuéramos dos mitades del mismo ser.