Yo defiendo mi alegría pensando en ti, Serenidad, pues me hiciste reír, sentir, contemplar el mundo de otra manera...vivir más feliz. Me duele tu enfermedad, como una garra que se me clava en el pecho, pero que no ahoga la alegría de sentirme a tu lado, a distancia pero muy juntos, como buenos amigos.
Mi alegría te debe mucho, por estar presente, responder, regalarnos tus bellos mensajes y canciones, mostrarnos tus imágenes..
Mi alegría es pedir a Dios por ti, por tu restablecimiento...
¡Señor, Dios Todopoderoso! ayuda a Rossy, tiéndele tu mano generosa,
hazlo por su bondad, por tanto bien como ha hecho, por la alegría que ha
repartido en el mundo, por ser una buena madre y una gran amiga para
gente que no la merecemos. Dale la salud, la confianza, el buen camino, la
paz y la alegría y nos darás también a nosotros, Señor, la alegría, pues la
amamos mucho. Por Jesucristo, nuestro Señor, amén.