Quisiera que la luz del sol encendiera sus mejillas, que la vida volviera a su ser, que sus manos volvieran a acariciar las mías, que sus ojos me mirasen otra vez.
Sentir que con cada beso suyo, mi vida vuelve a vivir, mirar de nuevo su sonrisa, volver a decirle te quiero, aunque cada noche miro al cielo y se lo vuelvo a decir.
Mirarte fijamente y preguntarle al Dios que te llevó con él, que porque te apartó de mi lado, que porque te dejó subir, que porque me dejaste tan sola en ésta vida, no sé vivir sin ti.
Y ahora me enfrento al silencio a la triste realidad sin ti, tú eras la que me daba ánimos y ahora no sé cómo seguir.
Dame fuerzas madre del alma, dame fuerzas para resistir, que el timón que tú llevabas, ahora me lo has dejado a mí, y éste barco tan grande, yo no lo sé conducir.
Te echo de menos Mamita de mi alma.